El hombre vivió durante mucho tiempo condicionado casi exclusivamente por el medioambiente. La apertura de los bosques a consecuencia de las glaciaciones favoreció la expansión de las poblaciones humanas y su dispersión hacia el norte de Europa.
Todo esto a vista de ratón: los pequeños mamíferos de Trinchera Dolina nos cuentan que los bosques se redujeron mucho en el Pleistoceno medio y que los páramos dominaban las tierras castellanas, la situación ideal para que el hombre de heidelberg, seguramente mejor adaptado a los espacios abierto, probablemente pudiera colonizar nuevos espacios.
Para saber más leer el artículo que hemos escrito en un número especial de la Geological Society of London.
Ese artículo guay se puede descargar en la sección de publicaciones
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