Recientemente, los aragosaureros Jara Parrilla-Bel y José Ignacio Canudo
han publicado en la revista Journal of Iberian Geology nuevos restos
craneales de crocodilomorfos hallados en la Formación Blesa
(Barremiense), en el entorno de los municipios de Obón y Josa, en
Teruel (España).
La Formación Blesa se ha convertido en los últimos
años en un punto clave para conocer, entre otros, la fauna marina que
habitaba en Aragón durante el Barremiense (Cretácico Inferior). Esta
formación se encuentra discordante sobre las unidades jurásicas y se
divide en tres secuencias, tal y como han publicado recientemente Aurell
et al. (2018): la secuencia Blesa inferior, depositada en un ambiente
aluvial, palustre y lacustre; la secuencia Blesa media, depositada en
una bahía restringida poco profunda; y la secuencia Blesa superior, de
ambiente costero. Hasta el momento, los fósiles de vertebrados marinos
hallados en la Formación Blesa provienen de la secuencia media, aunque,
al ser las publicaciones previas a esta nueva secuenciación de la
Formación Blesa, en ellas consta como provenientes de la parte inferior
de la Formación Blesa “Superior”. Los fósiles consisten generalmente en
restos fragmentarios aislados. Sin embargo, a pesar de que los restos
son poco diagnósticos en su mayoría, se han identificado varios taxones
de reptiles marinos, entre los que encontramos tortugas, plesiosaurios
(Parrilla-Bel y Canudo, 2015) o crocodilomorfos (Parrilla-Bel y Canudo,
2018).
En el artículo publicado, se describen dos fragmentos de
rostro pertenecientes a dos taxones distintos de crocodilomorfos. El
primero de ellos es un fragmento de maxilar izquierdo en el que se han
preservado varios alveolos dentales, algunos de ellos (M4? y M5?) de
gran tamaño. El segundo resto que se describe en el trabajo es un
fragmento de maxilar derecho, perteneciente a un rostro más largo, fino y
grácil que el anterior, donde se observa una serie de alveolos dentales
todos de un tamaño similar.
Los cocodrilos barremienses que
encontramos habitualmente en Europa y en la Península Ibérica son
bernisártidos, goniofolídidos, atoposáuridos e hilaeocámpsidos, todos
ellos terrestres. Sin embargo, las características morfológicas de los
restos hallados en la Formación Blesa, a pesar de no poseer caracteres
diagnósticos, indican que no se trata de ninguno de estos grupos. Los
fragmentos craneales pertenecen a taxones de rostro más alargado (común
en las especies de crocodilomorfos marinos, aunque también presente en
algunos taxones de agua dulce), que habitarían ese ambiente marino poco
profundo en el entorno de lo que ahora son las localidades de Josa u
Obón entre otras, en el norte de la Comarca de la Cuencas Mineras.
El
Cretácico Inferior es un periodo de tiempo en el que los reptiles
marinos son bastante escasos, y el Barremiense en concreto, es un
momento en el que no se conocen cocodrilos marinos. El nuevo material
descrito, junto con los fósiles de vertebrados marinos hallados en los
últimos años en esta misma zona, sugiere que la secuencia media de la
Formación Blesa era un ambiente con gran riqueza faunística,
convirtiéndolo en un área interesante para el estudio de los vertebrados
marinos del Barremiense.
La referencia completa del trabajo es:
Parrilla-Bel,
J., & Canudo, J. I. (2018). New longirostrine crocodylomorph
remains from the Blesa Formation (Barremian) in the Iberian Peninsula
(Spain). Journal of Iberian Geology, 44(1), 55-66.
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