El estudio, liderado por Theresa L. Cole de la University of Otago y Manaaki Whenua-Landcare Research de Nueva Zelanda y al que han contribuido diversos investigadores de otros paises como Nueva Zelanda, Australia, Estados Unidos, Reino Unido, Sudáfrica, Dinamarca, España y China, ha usado secuencias mitocondriales para realizar el análisis de las relaciones filogenéticas de este grupo de aves. Su estudio ha permitido demostrar que algunas especies de pingüinos aparecieron poco después de la formación geológica de las islas que habitan, incluyendo las Islas Antípodas y Chatham, Isla Macquarie, Isla de Gough y las Islas Galápagos.
Este estudio, el cual incluye la secuenciación de ADN y el análisis
morfológico de cientos de huesos prehistóricos de Nueva Zelanda, también
ha permitido confirmar la presencia de una especie única, ahora
extinguida, de pingüino crestado en las Islas Chatham hasta hace unos
pocos siglos. Además, también proporcionó un resultado sorprendente, el
del descubrimiento de una subespecie desconocida hasta la fecha de
pingüino ojigualdo de pequeño tamaño que habitó estas mismas islas.
Ambos taxones (Eudyptes warhami y Megadyptes antipodes richdalei) habitaron las Islas Chatham hasta hace solo unos pocos cientos de años y se extinguieron después de la llegada humana a estas islas.
Link al artículo: http://dx.doi.org/10.1093/molbev/msz017
Autor del dibujo: Sean Murtha. Eudyptes warhami en primer plano, con Megadyptes antipodes richdalei en el fondo.
Ambos taxones (Eudyptes warhami y Megadyptes antipodes richdalei) habitaron las Islas Chatham hasta hace solo unos pocos cientos de años y se extinguieron después de la llegada humana a estas islas.
Link al artículo: http://dx.doi.org/10.1093/molbev/msz017
Autor del dibujo: Sean Murtha. Eudyptes warhami en primer plano, con Megadyptes antipodes richdalei en el fondo.
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