Leandro Sequeiros, paleontólogo
y buen amigo de Aragosaurus, nos acaba de mandar una reseña del último
libro de José María Bermúdez de Castro. Titulado Exploradores. La
historia del yacimiento de Atapuerca. Publicado en Debate, (colección
Ciencia), Barcelona, 2012, 267 páginas. ISBN: 978-84-9992-5.
En
Burgos se encuentra el colosal Museo de la Evolución Humana. Consta de
tres módulos diferentes: el centro de investigación, el museo
propiamente dicho y el palacio de Congresos. El doctor José María
Bermúdez de Castro es el Director del Centro Nacional de Investigación
sobre la Evolución Humana (CENIEH) es, miembro del Equipo de
Investigación de Atapuerca desde sus inicios, y un gran científico, un
gran divulgador y conversador y, sobre todo, un hombre de mente abierta y
dialogante. Es también autor de muchos trabajos de investigación sobre
orígenes humanos en revistas internacionales es autor de ensayos de
alta divulgación dirigidos a un público de cultura media.
El
área de Paleontología de la Universidad de Zaragoza lleva muchos años
ligada a los proyectos del Equipo de Atapuerca. Y desde Zaragoza se han
investigado algunos aspectos muy importantes para desentrañar el
misterio de las raíces de la humanidad. El volumen que ahora presentamos
narra de una forma amena y profunda, pero exenta de tecnicismos, la
gran aventura del estudio interdisciplinar el yacimiento paleontológico
de la Sierra de Atapuerca. Y también la aventura intelectual, no exenta
de zancadillas, envidias e intereses encontrados, de la construcción
social del conocimiento humano.
La narración se inicia el 8 de
julio de 1994 con la aparición de dientes humanos fósiles en el nivel
TD6 datados en 800.000 años…Este descubrimiento sensacional para la
ciencia, un desafío para la ciencia oficial del momento, lleva al autor a
recordar a los lectores las figuras de Trino de Torres, Emiliano
Aguirre y el Grupo Espeleológico Edelweiss de Burgos. Ellos son los
precursores del estudio de Atapuerca, uno de los lugares de ocupación
humana más antiguos de Eurasia.
El título del libro,
Exploradores, remite a una triple experiencia que se entrelaza a lo
largo de las páginas. En un sentido coloquial, la palabra “explorador”
(hoy familiar en inglés por sus referencias a la informática y a los
viajes espaciales) se suele aplicar a las personas que penetran en
territorios desconocidos, traspasan fronteras y bucean con valentía en
mares ignotos del saber humano. En el ensayo de Bermúdez de Castro, el
título es muy apropiado. Y la exploración se realiza de forma paralela
en dos sentidos diferentes: la inmediata, es la exploración que realizan
desde hace muchos años los paleontólogos, prehistoriadores, geólogos,
arqueólogos y biólogos en la Sierra de Atapuerca. Es un viaje de
exploración que se inicia en el tiempo actual y que va ahondando hacia
el pasado según se van desmontando las capas de sedimento que cubren las
simas de la Sierra. Cada año, los exploradores van desentrañando nuevos
secretos del pasado humano en Eurasia. ¿Cuándo sabremos la época en que
los primeros Homo africanos llegaron hasta Iberia?
Y
este es el segundo viaje de exploración. La humanidad parece que
abandonó África en oleadas sucesivas hace más de un millón de años. ¿Qué
sabemos de ese misterioso viaje de exploración de esos homínidos
primitivos, que podría ser que huyeran de la sequía, las glaciaciones,
el hambre y, tal vez, la curiosidad por explorar territorios
desconocidos? Este es un viaje de exploración que se realiza en sentido
inverso: desde el pasado hacia la actualidad.
Y en la
coincidencia de ambos viajes de exploración, la de los científicos hacia
atrás en el tiempo, y los homínidos, hacia el futuro en el tiempo,
encontramos –según el autor – una tercera dimensión de la palabra
“exploradores”: el viaje hacia el interior de nosotros mismos, hacia la
pregunta radical no respondida hasta ahora de quiénes somos los seres
humanos, cómo hemos llegado a ser lo que somos, qué responsabilidad
moral tenemos ante la naturaleza debido a nuestra gran capacidad
depredadora, el sentido más profundo de la pregunta sobre cuál es el
sentido del universo, de la vida y de nosotros mismos. Y la ciencia
salta – cuando salta – hacia las preguntas radicales de la existencia
humana.
Una bibliografía actualizada y culta completa este ensayo
que pretende acercar al público culto y a los universitarios el estado
actual de los saberes científicos sobre el ser humano, la gran aventura
de exploración de los yacimientos de Burgos y, algo que nos parece muy
interesante, llevar al lector la experiencia de la complejidad de la
aventura del saber sobre el ser humano, el método científico y las
implicaciones políticas, sociales y religiosas de la búsqueda del saber.
No hay comentarios:
Publicar un comentario