Gibraltar 1848, en la Cantera de Forbes (Forbes´ Quarry) durante los
trabajos de extracción de piedra, la casualidad quiso que se hallase
accidentalmente uno de los primeros restos fósiles de la especie Homo neanderthalensis,
pero no fue hasta 1864 cuando fueron descritos como pertenecientes a
una especie diferente a la nuestra en la British Association for the
Advancement of Science y denominada, en un principio, como Homo calpicus,
atendiendo al nombre latino “Calpe” que recibió Gibraltar. Esta
nomenclatura no pudo ser utilizada, ya que esta nueva especie había
sido bautizada recientemente como Homo neanderthalensis a partir de los
fósiles descubiertos en 1856 en la Cueva de Feldhofer, en el valle del
Neander (Alemania).
Transcurridos más de 150 años de estos
descubrimientos aún seguimos discutiendo acerca de importantes
cuestiones sobre esta especie, el hombre de neandertal, siendo la
complejidad de sus capacidades cognitivas uno de los temas en torno a
los que giran estos interminables debates, uno entre mucho, ya que
podemos sumar su origen así como la causa y momento de su extinción, y
es tras este siglo y medio, cuando las cavidades de Gibraltar vuelven a
aportar hallazgos e investigaciones cruciales para el conocimiento de
esta especie.
Este año 2014 ha sido publicado en la revista PNAS, el
descubrimiento y estudio de un grabado neandertal en la superficie de la
roca de la Cueva de Gorham. Compuesto por trece ranuras entrecruzadas
conformado a partir de líneas paralelas cortadas por otras casi
perpendiculares, de apariencia profunda y precisa siguiendo un esquema
aparentemente bien organizado en su distribución geométrica. Este
hallazgo ha sido recientemente calificado como uno de los diez
descubrimientos científicos más importantes de 2014 por la revista de
actualidad científica francesa La Recherche.
El carácter antrópico, no casual o accidental de estos trazos se ha
comprobado tras la realización de una serie de análisis: microscópico,
morfológico, químico geológicos, así como su posterior comparación
experimental y tafonómica que revela que estos surcos fueron grabados
con un artefacto lítico tallado conformando una punta robusta,
seguramente preparada intencionalmente para realizar este trabajo.
Estos
análisis también revelaron que para la ejecución de estos surcos se
tuvo que repasar el trazo más de 50 veces con movimientos repetitivos y
unidireccionales (sin movimiento de ida y vuelta), siendo esta última
característica la que descarta que estas líneas fueran causadas
accidentalmente por alguna tarea sobre piel, roca u otro material. Tanto
por su forma de elaboración como por la ausencia de cualquier otra
marca que revele cualquier proceso productivo, se probaría que estamos
ante un motivo o forma de carácter decorativo o simbólico atendiendo a
los términos generales de esta acepción.
Este grabado fue descubierto tras la excavación de un nivel
sedimentario que lo sellaba, este contiene restos de industria lítica,
adscrita al Musteriense (con útiles como raederas y con el uso de la
técnica levallois y discoide), depósito formado en una amplia horquilla
temporal pero cuya datación más antigua es de 39.000 años cal. BP, lo
que conlleva una datación mínima de este grabado anterior a esta fecha.
Su función y capacidad representativa puede ser objeto de
innumerables especulaciones y conjeturas, pero sin entrar en estos
detalles, es este un descubrimiento que sin duda, viene a ampliar el
repertorio de hallazgos que nos abren la puerta hacia la mente de los
neandertales, sus capacidades cognitivas y su pensamiento simbólico.
Las investigaciones realizadas en los últimos años en las cavidades
gibraltareñas, especialmente en Gorham´s y Vanguard Caves han puesto de
manifiesto diferentes comportamientos por parte de los neandertales que
hasta no hace mucho sólo eran adscritos al Homo sapiens, como es
la explotación del medio marino y costero con el consumo de moluscos
como lapas y mejillones junto con el de delfines, atunes y focas monje,
el consumo, y se entiende que su caza, de presas de pequeño tamaño, como
el conejo o incluso aves como la paloma salvaje, a lo que debemos sumar
el procesamiento de plumas de córvidos y buitres con una más que
posible funcionalidad ornamental y simbólica.
El espectacular paraje en el que se encuentran estas cavidades,
en la cara Oeste del peñón, en la actualidad conserva muchos aspectos
medioambientales y geológicos que nos acercan al paisaje en el que hace
milenios vivió el hombre de neandertal. Hoy día podemos conocerlo a
través del estudio del registro hallado en el interior de las cuevas y
comprobar como gran parte de este: flora y fauna aún está presente, es
por todos estos valores por los que en la actualidad este conjunto de
cavidades se encuentra nominado para ser declarado como Patrimonio de la
Humanidad por la Unesco.
El artículo original puede descargarse en el siguiente enlace:
http://www.pnas.org/content/111/37/13301.full.pdf+html
En la figura: Grabado neandertal de Gorham´s Cave y complejo de cavidades de Gibraltar.
Fran Giles, un buen amigo de Aragosaurus ha escrito esta interesante nota.
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