martes, octubre 22, 2013

Anoiapithecus brevirostris, el hominoideo más antiguo de la península Ibérica

Investigadores del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP) describen en un artículo publicado en la revista Journal of Human Evolution nuevos restos dentales de dos hembras de la especie Anoiapithecus brevirostris. Uno de los fósiles tiene entre 12.3 y 12.2 millones de años de antigüedad, lo que lo convierte en la evidencia más antigua de una especie de hominoideo (el grupo de primates que incluye los gibones, orangutanes, chimpancés, gorilas y humanos) en la Península Ibérica.

En el año 2009, un equipo de investigadores del ICP dirigido por Salvador Moyà-Solà describió un nuevo género y especie de hominoideo a partir de los restos de un cráneo encontrados en el Vertedero de Can Mata, en Hostalets de Pierola (Barcelona). Bautizada como Anoiapithecus brevirostris, este fósil corresponde a un macho que vivió hace 11.9 millones de años. Su nombre en latín responde a la comarca donde fue encontrado (Anoia) y al hecho de presentar un morro corto, aunque popularmente se le conoce como Lluc. Este hallazgo, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences USA, añadió una nueva especie de gran simio antropomorfo del Mioceno del Vallés-Penedés a la lista de las que ya conocidas: Pierolapithecus catalaunicus, Hispanopithecus crusafonti, Hispanopithecus laietanus y Dryopithecus fontani.

El investigador David M. Alba, conjuntamente con otros investigadores del ICP y otras instituciones, ha publicado en la revista Journal of Human Evolution un artículo donde se describen nuevos restos dentales de Anoiapithecus brevirostris del Vertedero de Can Mata. Se trata de dos fragmentos de maxilar superior que conservan varios dientes. Uno de ellos, recuperado durante el proceso de lavado del sedimento que se extrae durante las excavaciones, procede de la misma localidad que la cara de Lluc. El otro fue recolectado el año 2002 de otra localidad que, con una antigüedad de 12.3 y 12.2 millones de años, lo convierte en el resto fósil más antiguo de un hominoideo (el grupo de primates que incluye los gibones, orangutanes, chimpancés, gorilas y humanos) de la Península Ibérica.

Los investigadores han evaluado el grosor del esmalte de los dientes mediante microtomografía de rayos-X, una técnica no invasiva que permite ver la estructura interna de los fósiles con gran detalle, así como la morfología del seno maxilar, una cavidad craneal muy informativa desde un punto de vista filogenético. También han estudiado el tamaño y forma de los dientes, y los han comparado con las del holotipo de Anoiapithecus (el fósil que sirvió para definir la especie en su momento) y de otras especies de hominoideos fósiles de la cuenca del Vallés-Penedés. Los análisis realizados han llevado a concluir que los fósiles estudiados pertenecen a la misma especie descrita en 2009.

Aunque la morfología y las proporciones de los restos estudiados permiten confirmar que corresponden a la especie Anoiapithecus brevirostris, los dientes son ligeramente más pequeñas que las ya conocidas. Esto es especialmente evidente en el caso de la raíz de la canina (colmillo), que es bastante más pequeña que en el holotipo. Estas diferencias son habituales entre machos y hembras de muchas especies de grandes antropomorfos actuales y otros homínidos fósiles (lo que se conoce como dimorfismo sexual), lo que ha llevado a los investigadores a inferir que los nuevos restos descritas corresponden a dos individuos de sexo femenino.

El hominoideo europeo más antiguo conocido corresponde a un fragmento de diente de hace unos 16-17 millones de años, encontrado en Alemania y tentativamente atribuido al género Griphopithecus. La presencia de hasta cuatro géneros diferentes de hominoideos fósiles en la cuenca del Vallés-Penedés, en un período de poco más de 3 millones de años (un tiempo muy breve en términos geológicos), supone una extraordinaria paleobiodiversidad de grandes simios antropomorfos en el Mediterráneo occidental durante el Mioceno.

Más información en la web del ICP

lunes, octubre 21, 2013

Un nuevo cráneo de Homo en el yacimiento del cuaternario de Dmanisi

Recientemente ha sido publicado un nuevo estudio en la revista Science sobre los cráneos de homínidos del famoso yacimiento georgiano de Dmanisi. Por primera vez se publicn el cráneo más completo (Cráneo 5), lo que les ha permitido hacer un trabajo sobre la variabilidad de los humanos del Pleistoceno inferior que rompe con las tendencias que había de separarlos en diferentes especies dependiendo del área geográfica que se han encontrado y los pequeños cambios morfológicos en los que se diferenciaban. La variabilidad entre los diferentes individuos de una especie es uno de los pilares de la teoría de la selección natural de Darwin. Esto, junto con el hecho que el cráneo más completo de otra especie fósil del linaje humano, pero esta vez del Pleistoceno medio, de cerca de medio millón de años de antigüedad, es también un “cráneo cinco”, el de la Sima de los Huesos, un yacimiento de Atapuerca (Burgos, España).

El nuevo Cráneo Cinco del yacimiento georgiano de Dmanisi tiene una gran importancia porque nos enseña sobre la variabilidad morfológica de nuestros ancestros georgianos. La variabilidad es en esencia, las semejanzas y diferencias entre los individuos de una misma especie. Además es muy relevante por tratarse del único cráneo adulto conocido completo para el Pleistoceno inferior, hace alrededor de 1,8 millones de años. Los otros cuatro cráneos del yacimiento o no tienen cara (dos de ellos) o son de un inmaduro o de un anciano con el esqueleto facial muy modificado por la pérdida de los dientes y posterior reabsorción alveolar (algo que ahora no nos sucede porque con el embarazo, lactancia y la edad, tomamos calcio). Los otros cráneos más o menos completos fuera de Dmanisi son un ejemplar de Homo habilis y dos adultos de Homo ergaster con la cara reconstruida y uno de Homo ergaster que es juvenil.

Como hemos comentado al principio, aparte de describir el nuevo cráneo cinco del yacimiento de Dmanisi, el artículo indaga sobre si en la variabilidad de la muestra de Dmanisi se puede incluir o no la variabilidad del resto de fósiles humanos más o menos contemporáneos en el Pleistoceno inferior y llegan a la conclusión que sí, tanto por sus medidas como por sus caracteres morfológicos (biométricos y morfológicos). Así pues, concluyen que los diferente ejemplares de Homo ergaster y Homo habilis arriba mencionados, pertenecen a poblaciones locales (demes en zoología) de la misma especie (Homo erectus) y no a tres especies distintas como se pensaba antes (H. habilis, H.erectus/ergaster y H. georgicus).

Es interesante destacar que los propios autores georgianos ponen en sinonimia (consideran que no es válida) la especie definida como Homo georgicus por ellos mismos, en un trabajo publicado hace cerca de una decena de años en el mismo yacimiento de Dmanisi.

En el blog de Investigación y Ciencia puedes bajarte la historia del descubrimiento a partir de la crónica de Marc Furió, un investigador español que estuvo en la excavación. La fotografía es de este blog.