miércoles, noviembre 27, 2019

Sobre la conservación del gran molusco bivalvo del Ebro


Keiko Nakamura, experta en bivalvos de agua dulce nos hablará sobre la vida y la conservación de la margaritona, una de las especies más amenazadas de extinción. Será el próximo 29 de noviembre en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza dentro de los Encuentros del Museo de Ciencias Naturales.

Margaritifera auricularia es uno de los mayores bivalvos de agua dulce en la Península. Hoy solo sobrevive en la cuenca del Ebro y cuatro cuencas francesas, por lo que se considera una de las especies más amenazadas a nivel mundial. Las razones de su declive son las alteraciones de los ríos, la contaminación, y las especies exóticas invasoras. Aragón juega un papel clave en su recuperación. La cría en cautividad es un trabajo costoso y de mucha dedicación llevado a cabo por el equipo técnico del Gobierno de Aragón desde el año 2000. Lograr completar la cría ha sido un éxito sin precedentes, pero es necesario mejorar la calidad de nuestros ríos para mantener una población viable.

Keiko Nakamura nació en Venezuela, de padre japonés y madre italiana, aunque es maña adoptada desde que llegó a Zaragoza. Apasionada por la biología, es licenciada con especialidad en ecología acuática. Actualmente cursa el doctorado de Biodiversidad y Biología evolutiva en la Universidad de Valencia y el tema principal de su tesis es, como no, es la conservación de Margaritifera auricularia. Trabaja como técnico en el Departamento de Biodiversidad de la empresa pública desde hace 15 años, primero SODEMASA y ahora SARGA. Desarrolla los encargos del Gobierno de Aragón relacionados con en el medio acuático. Su trabajo se centra en las acciones del Plan de Recuperación de Margaritifera auricularia. Ha publicado diversos trabajos en revistas científicas y de divulgación, al igual que participa dando charlas y cursos sobre la especie, para dar a conocer el importante trabajo de conservación que se hace con esta especie en Aragón.
 
La Charla será el 29 de noviembre en la Sala Pilar Sinúes del Edificio paraninfo y comenzará a las 19:00 horas hasta completar aforo. Esta charla se enmarca en los Encuentros del Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de Zaragoza, en este caso forma parte de un ciclo: sostenibilidad y consumo responsable dentro del convenio de la Universidad de Zaragoza y el Gobierno de Aragón sobre educación y formación para un consumo responsable.

Se describe por primera vez el sistema nervioso de un lirio de mar (crinoideo) de hace 125 millones de años

Investigadores del grupo Aragosaurus del Instituto Universitario de Ciencias Ambientales (IUCA) de la Universidad de Zaragoza, han participado en el hallazgo del sistema nervioso central encontrado en ejemplares de lirios de mar, invertebrados marinos del Cretácico, de hace 125 millones de años en fósiles de Teruel, tal como publica la revista científica Palaeontology.

Los lirios de mar son organismos estrictamente marinos y se conocen técnicamente como crinoideos, un grupo emparentado con los erizos y las estrellas de mar, con simetría pentámera y esqueleto de calcita. Todos ellos pertenecen al gran grupo de los equinodermos.


El estudio está realizado por Samuel Zamora, investigador del Instituto Geológico y Minero de España y profesor colaborador del grupo Aragosaurus de la Universidad de Zaragoza, y James Saulsbury, de la Universidad de Michigan.

Los fósiles fueron encontrados en el yacimiento de “los arcillares” Fuentes de Rubielos en rocas de origen marino. “Los crinoideos son fósiles muy comunes en algunos ambientes” -explica Samuel Zamora, coautor del trabajo- “pero nunca antes se había encontrado el sistema nervioso conservado en un crinoideo fósil y mucho menos con el detalle que se conserva en los fósiles que hemos estudiado”.

Sabemos muy poco del sistema nervioso de los animales extintos, ya que raramente se conserva. El sistema nervioso central es una de las partes principales de cualquier organismo y se encarga de recibir los estímulos del exterior, procesar la información y trasmitir impulsos a nervios y músculos.

 “Todo se remonta a 2017, cuando un grupo de investigadores de la Universidad de Michigan, Zaragoza y el Instituto Geológico y Minero de España recorrimos Aragón en busca de crinoideos fósiles. Tras encontrar estos ejemplares fueron preparados en los laboratorios de la Universidad de Zaragoza y fue cuando vimos que algunos fragmentos conservaban interiormente canales rellenos por pirita”, detalla Zamora.

Saulsbury se llevó algunos de estos fósiles a la Universidad de Michigan donde fueron escaneados en un microtomógrafo (CT-scan), que, tras horas de trabajo, permitió obtener unas 2.000 imágenes o radiografías seriadas de cada ejemplar. Lo sorprendente es que el interior de dichos organismos conservaba con absoluta nitidez el sistema nervioso central y todos los nervios asociados, que controlan tanto el movimiento de los brazos como el de las estructuras relacionadas con el desplazamiento de dichos organismos.


Para entender mejor el funcionamiento de dicho sistema nervioso, los investigadores escanearon además varios representantes actuales de crinoideos comatúlidos, grupo con el que se emparentan los fósiles encontrados. Las comátulas son crinoideos de vida libre con capacidad de desplazarse a partir de unas estructuras conocidas como cirros, incluso algunos representantes actuales pueden nadar cortas distancias.

“A partir de este trabajo se ha podido explicar cómo los crinoideos actuales desarrollaron su sistema nervioso y cómo era esta estructura fundamental en sus parientes del Cretácico. Algo muy significativo de este trabajo es que se abre un nuevo abanico de posibilidades para el estudio de la Paleoneurobiología de invertebrados marinos extintos”, indica Saulsbury.

Este estudio ha sido realizado en el marco del proyecto de la Universidad de Zaragoza “Aragosaurus: recursos geológicos y paleoambientales”, financiado por el Gobierno de Aragón. Los fósiles del mencionado trabajo de investigación se encuentran en el Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de Zaragoza.

Enlace del artículo
https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10s.1111/pala.12452


lunes, noviembre 25, 2019

¿Molestaron los humanos a los murciélagos en Atapuerca

El nuevo trabajo publicado por miembros del equipo Aragosaurus-IUCA de la Universidad de Zaragoza lleva por título: “Did humans disturb bats? Exploring the hominin-chiropter interactions in the Sierra de Atapuerca sites (early to Middle Pleistocene, Spain)”. O en castellano “¿Molestaron los humanos a los murciélagos? Explorando las interacciones entre homininos y quirópteros en los yacimientos de la Sierra de Atapuerca (Pleistoceno inferior y Medio, España)”. 

En este trabajo, desarrollado a partir del estudio de cuatro yacimientos paleoarqueológicos del complejo de Atapuerca (Burgos), la investigadora Julia Galán y colaboradores han analizado las variaciones en las asociaciones registradas de murciélagos fósiles, y su posible correlación con distintas variables, especialmente el clima y la presencia de humanos en los yacimientos.

Los fósiles de murciélago aparecen frecuentemente en el registro paleontológico de yacimientos en cuevas del Pleistoceno. En ocasiones, se encuentran en niveles con evidencias de presencia humana. Al igual que ocurre con otros pequeños vertebrados, las variaciones observadas en las asociaciones fósiles de murciélagos a través de una secuencia estratigráfica pueden ser correlacionadas con fluctuaciones paleoclimáticas y paleoambientales. Pero, además, como muchas especies de quirópteros son animales típicamente cavernícolas, estas variaciones podrían, también, estar influenciadas por la presencia simultánea de humanos en esas mismas cuevas. 


En este estudio, publicado en la revista científica internacional Quaternary Science Reviews, se ha analizado el registro fósil de murciélagos a través de las secuencias estratigráficas de cuatro yacimientos de la Sierra de Atapuerca: la Sima del Elefante, la Gran Dolina, Galería y la Sima de los Huesos. Los niveles estratigráficos estudiados comprenden un rango temporal de alrededor de un millón de años, desde el Pleistoceno inferior (1,2 millones de años de antigüedad) hasta el Pleistoceno Medio (200 mil años antes del presente). Las evidencias de presencia humana en las cuevas estudiadas se suceden a lo largo de este periodo, desde los homininos más arcaicos hallados en la Sima del Elefante, pasando por el Homo antecessor del nivel TD6 de la Gran Dolina, y finalmente una especie más reciente, relacionada con el linaje neandertal, a la que pertenecerían los humanos hallados en la Sima de los Huesos, y probablemente los que habitaron en el nivel TD10 de la Gran Dolina y en Galería.


En este estudio, llama la atención un marcado deterioro en las asociaciones de quirópteros, detectada en los niveles más recientes (a partir de los 500 mil años y en adelante) y evidenciado por un descenso en la diversidad de especies registradas. En el caso del nivel TD10 de la Gran Dolina, este deterioro va acompañado, además, de un cambio en el tipo de ocupación de la cueva por parte de la especie de murciélagos dominante, Myotis myotis, identificado a partir de un cambio en el patrón de mortandad de estos murciélagos. 


Aparentemente, en este nivel la especie deja de usar la Gran Dolina como cueva de cría, y la ocupación se produce en los meses de hibernación. La sucesión de eventos de frío extremo en los periodos glaciares entre 500 mil y 250 mil años antes del presente podría explicar el empobrecimiento de las asociaciones de murciélagos en niveles con estas cronologías, así como el cambio en el tipo de uso de las cuevas. Sin embargo, algunos aspectos llaman la atención. En niveles aproximadamente contemporáneos de cuevas distintas existen diferencias en la composición de las asociaciones de murciélagos registradas, siendo el nivel LU6 de la Sima de los Huesos (donde no hubo ocupación humana) más diverso que el nivel TD10 de la Gran Dolina (donde hubo una ocupación humana intensiva). 

Por otro lado, esta disminución en la paleodiversidad detectada en quirópteros en estas cronologías no se observa en otros grupos de pequeños vertebrados de hábitats no cavernícolas, por lo que cabe preguntarse por qué los eventos climáticos les habrían afectado de manera diferente. Por último, es llamativa la existencia de evidencias de un uso estacional de la Gran Dolina durante los meses de verano por parte de los humanos (al menos en el subnivel TD10.2), momento en el que patrón de mortandad de los quirópteros parece reflejar una ocupación de la cueva como lugar de hibernación. El declive de las asociaciones de murciélagos que habitaban en las cuevas de la Sierra de Atapuerca en el Pleistoceno Medio pudo haber sido determinado, pues, por la presencia de grupos humanos que contaban con una tecnología más avanzada que sus predecesores en el Pleistoceno inferior.


La referencia al trabajo completo es: Galán, J., Núñez-Lahuerta, C., López-García, J. M., & Cuenca-Bescós, G. (2019). Did humans disturb bats? Exploring the hominin-chiropter interactions in the Sierra de Atapuerca sites (early to Middle Pleistocene, Spain). Quaternary Science Reviews, 226, 106018. https://doi.org/10.1016/j.quascirev.2019.106018