jueves, enero 14, 2021

El ADN antiguo desvela los secretos del lobo huargo de Juego de Tronos

 El aragosaurero Pere Bover, investigador ARAID en el IUCA de la Universidad de Zaragoza, ha colaborado en un artículo sobre la paleogenómica del lobo gigante (Canis dirus) que ha sido recientemente publicado online en la revista Nature.


    Los lobos gigantes (Canis dirus) o huargos (según la ficción), que se han hecho famosos gracias a la serie de televisión Juego de Tronos, eran unos lobos de gran tamaño comunes en toda Norte América hasta hace unos 13.000 años, cuando posteriormente se extinguieron. Si bien análisis previos basados exclusivamente en morfología, habían llevado a los científicos a la conclusión que los lobos huargos estaban estrechamente emparentados con los lobos (Canis lupus), los análisis genéticos presentados en este trabajo sugieren que los lobos huargos se separaron filogenéticamente de los otros lobos hace unos 6 millones de años y son solo parientes lejanos de los lobos actuales.


    La secuenciación, por primera vez, de ADN antiguo de 5 muestras fósiles de lobo huargo de Wyoming, Idaho, Ohio, y Tennessee, con una cronología de entre 13.000 y 50.000 años, ha permitido analizar los genomas de esta especie junto con los de otras especies de cánidos tipo lobo. Los análisis han permitido demostrar que, de hecho, los lobos huargos y los lobos grises eran primos muy lejanos y sugieren, que al contrario que otras especies de cánidos que aparentemente migraron repetidamente entre Norte América y Eurasia, los lobos huargos evolucionaron solamente en América durante millones de años. Además, aunque los lobos huargos coexistieron con coyotes y lobos grises en Norte América como mínimo durante 10.000 años antes de su extinción, no se ha encontrado evidencia de que se hubieran reproducido entre ellos formando híbridos. 



    Este trabajo ha sido realizado por 49 investigadores de 9 países diferentes, liderados por investigadores de la Durham University (Reino Unido) junto con investigadores de la University of Oxford (Reino Unido), Ludwig Maximilian University (Alemania), University of Adelaide (Australia) y la University of California Los Angeles (E.E.U.U.).

Referencia del artículo:
Perri, A.R., et al. 2021. Dire wolves were the last of an ancient New World canid lineage. Nature. Publicado online el 13 de Enero de 2021.

https://www.nature.com/articles/s41586-020-03082-x

Imagen: Mauricio Antón/Nature.

Descripción: en algún lugar del sudoeste de Norte América durante el Pleistoceno Tardío, un grupo de lobos huargos (Canis dirus) se alimentan de un bisonte recién cazado, mientras que un par de lobos (Canis lupus) se acercan para intentar carroñear algo para comer.

miércoles, enero 13, 2021

Nuevos datos sobre los ecosistemas del centro de la península en el Cuaternario. La Cueva de los Torrejones (Guadalajara)

 La aragoasurera Gloria Cuenca ha participado en el reestudio de la Cueva de los Torrejones, un yacimiento clásico del interior peninsular con nuevas técnicas ha permitido analizar los cambios en los ecosistemas en tres momentos de la Prehistoria. Además Juan Fuentes Espinosa de la Universidad de Zaragoza ha realizado su TFG sobre la microfauna. El trabajo que acaba de publicarse en la prestigiosa revista Quaternary Science Reviews esta liderado por la investigadora Noemi Salas. Os adjuntamos la nota de prensa que han preparado los responsables de la investigación


El interior de la península ibérica cuenta con unas condiciones orográficas particulares que hacen que este territorio sea especialmente vulnerable a las oscilaciones climáticas del Cuaternario. Estas condiciones pudieron ser decisivas para las poblaciones humanas del Paleolítico en momentos críticos, por ejemplo, en la transición entre el Paleolítico medio y el Paleolítico superior o, dicho de otro modo, transición entre los neandertales y los humanos de nuestra propia especie.
 

La información que brindan los yacimientos paleontológicos es valiosa para descifrar las condiciones climáticas y ambientales representadas en cada uno de los yacimientos o estratos, como si se tratase de una fotografía, de cada momento preservado. Cuantas más fotografías tengas, mayor resolución cronológica se puede llegar a obtener, pudiendo reconstruir los cambios significativos en las condiciones climáticas y ecológicas a lo largo del tiempo, y averiguar cómo estas condiciones pudieron influir en las especies que habitaron esos ecosistemas, incluidos los humanos. Sin embargo, el registro arqueo-paleontológico sigue siendo escaso en el centro la península.

Un yacimiento clásico del interior peninsular es la Cueva de los Torrejones, localizado en la localidad de Tamajón (Guadalajara), el cual fue descubierto y excavado durante la década de los años noventa del siglo XX. Un nuevo equipo liderado por Nohemi Sala y Adrián Pablos, del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), ha retomado los trabajos de excavación en esta cueva y ha reestudiado los restos recuperados en los años 90. Durante las últimas décadas, se han refinado las metodologías analíticas de excavación y estudio de restos, permitiendo precisar en las interpretaciones obtenidas. Recientemente, el equipo de investigación liderado por Sala y Pablos y formado por un nutrido número de investigadores nacionales e internacionales, ha publicado dos artículos en las revistas Quaternary Science Reviews y Radiocarbon con los datos obtenidos en estas nuevas investigaciones.  


Los resultados obtenidos han permitido la detección de, al menos, tres cronologías registradas en el yacimiento: el episodio más antiguo corresponde al periodo comprendido entre los 90.000 y los 70.000 años (entre los denominados Estadios Isotópicos Marinos MIS-5 y MIS-4) en el que la cueva fue utilizada como guarida de carnívoros. Las condiciones inferidas en este periodo apuntan a un clima templado y húmedo con un rico y variado ecosistema habitado por hienas, leopardos, rinocerontes y tortugas entre otros animales vertebrados. El segundo episodio está representado por una asociación faunística fechada en unos 30.0000 años y es indicativo de condiciones ambientales más frías y áridas compatibles con el empeoramiento del clima detectado previamente en el centro peninsular para estas cronologías. El último episodio corresponde al Calcolítico, datado entre 4.500 y 5.000 años aproximadamente en el que los humanos utilizaron la cavidad para acumular reiteradamente los cadáveres de sus difuntos. El análisis de ADN mitocondrial de un hueso del tobillo (Figura adjunta) de un humano datado directamente en 5.000 años de antigüedad, ha permitido asignarlo al haplogrupo K, originario de Próximo Oriente, que colonizó Europa occidental en el Neolítico.

Durante los próximos años, el equipo liderado por Sala y Pablos seguirá excavando yacimientos en la región de Tamajón para poder completar las páginas en blanco del registro paleontológico de esta inhóspita región.


Las excavaciones e investigaciones en la Cueva de los Torrejones están financiadas por la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha, CENIEH y ERC MULTIPALEOIBERIA. En este trabajo han participado investigadores de las siguientes instituciones: CENIEH, Universidad Complutense de Madrid, Centro Mixto UCM-ISCIII de Evolución y Comportamiento Humanos, IPHES, Universidad del País Vasco UPV/EHU, Universidad de Oviedo, Aranzadi, Universidad de Alcalá, Max Plank Institute y Universität Tübingen (Alemania), Universidad de Zaragoza e IGME. Además, han colaborado el GE Abismo y el Ayuntamiento de Tamajón.

Artículos:

Sala N., Pablos A., Rodríguez-Hidalgo A., Arriolabengoa M., Alcaraz-Castaño M., Cubas M., Posth C., Nägele K., Pantoja-Pérez A., Arlegi M., Rodríguez Almagro., M., Conde Valverde, M., Cuenca-Bescós, Arribas A., Gómez-Olivencia A. 2021. Cueva de los Torrejones revisited. New insights on the paleoecology inland Iberia during the Late Pleistocene. Quaternary Science Reviews 253, 106765.
Enlace al artículo: https://authors.elsevier.com/a/1cOn2-4PRxnnD

Pablos, Sala N., Arribas A. En prensa. Direct dating of the human navicular from the Cueva de los Torrejones (Guadalajara, Spain). Radiocarbon. doi: 10.1017/RDC.2020.92.

domingo, enero 10, 2021

Descubriendo la edad de muerte del saurópodo Galvesaurus

Galvesaurus es un dinosaurio saurópodo descrito por nuestro grupo de investigación en el año 2005 en la conocida localidad de Galve (Teruel) y dedicado a José María Herrero. Se trata de un dinosaurio encontrado en rocas del final del Jurásico con una antigüedad de unos 160 millones de años. En el museo de Galve se puede ver la mayor parte de los huesos conocidos como son las vértebras o los húmeros. Acabamos de publicar una investigación donde se estudia la paleohistología de Galvesaurus que ha permitido conocer la edad de su muerte.

La investigadora Celia Jurado ha liderado el trabajo que por primera vez estudia la paleohistología de Galvesaurus. Los huesos fósiles de este dinosaurio conservan perfectamente la estructura celular lo que ha permitido estudiarla en detalle. Entre los aspectos más importantes es que con esta técnica se puede conocer la edad de muerte de los dinosaurios. Al cortar los huesos fósiles y observarlos en microscopio podemos observar las diferentes etapas del crecimiento pudiendo diferenciarse si son juveniles, adultos y seniles, e incluso si el hueso no se ha alterado demasiado la edad en años del organismo cuando murio.

La paleohistología en vertebrados fósiles tiene la gran ventaja que pueden usarse esquirlas de huesos y no hay necesidad de destruir huesos, que en el caso de Galvesaurus son únicos. Los huesos de este dinosaurio fueron recuperados en su mayoría por José María Herrero y su  familia en la década de los 1980, haciendo nuestro equipo varias compañas de excavación que permitió recuperar algunas importantes piezas como el sacro o vertebras del cuello.

En este trabajo se ha realizado la palohistología de Galvesaurus a partir de esquirlas de huesos, fundamentalmente fragmentos de cuerpos vertebrales y costillas. Se ha observado que la composición original de los huesos (apatito) ha sufrido pocos cambios durante los millones de años que han estado enterrados. La estructura del hueso de Galvesaurus indica que era un individuo adulto, por tanto estaba en la madurez sexual, pero no hay datos que indiquen que fuera un ejemplar en época senil. La presencia de los arcos hemales fusionados con los cuerpos vertebrales eran un evidencia conocida del holotipo de Galvesaurus para proponer que era un individuo adulto. Por tanto dos evidencias diferentes indican la madurez sexual de Galvesaurus.

La referencia completa es:



Jurado, C., Bauluz, B., Castanera, D., Canudo, J.I. 2020. Paleohistología e historia fosildiagenética de dos saurópodos de la secuencia jurásica en la subuenca de Galve (Teruel). Revista de la Sociedad Geológica de España 33(2), 3-16.
El artículo de puede descargar en la web de la Sociedad Geológica de España
https://sge.usal.es/archivos/REV/33(2)/RSGE_33(2)_completa.pdf