viernes, enero 04, 2008

Nuevos datos sobre el enanismo? de Homo floresiensis


Un equipo multidisciplinar dirigido por científicos de la Universidad de Erlangen-Nuremberg (Alemania) ha publicado en la revista Science un trabajo donde identifican el gen responsable de una de las mutaciones que provoca el enanismo. Se encuentra en el cromosoma 21 y provoca un tipo de enanismo microcefálico que se corresponde en todas y cada una de sus características morfológicas principales con las del Homo floresiensis. Los efectos morfológicos de esta mutación corresponden a un tipo de enanismo de carácter hereditario que origina individuos adultos de una talla no superior a un metro, cuyo cerebro presenta un tamaño similar al de un bebé de tres meses -su circunferencia no supera los 40 centímetros- pero con una capacidad intelectual y cognitiva muy cercana a la inteligencia de una persona normal. Este tipo de enanismo hereditario tan peculiar según estos investigadores es el que presentan los homínidos descubiertos en Flores.

Esta publicación aporta nuevos datos en la polémica en torno al Homo floresiensis. Este pequeño homínido encontrado Liang Bua (Indonesia) se caracteriza por su escasa talla y muy reducida capacidad craneal. Desde su descripción en el 2004 como un nuevo taxón no ha cesado la polémica científica sobre si el denominado Homo floresiensis es una especie separada y distinta del género Homo, o si se trata de un Homo sapiens afectado por algún tipo de enanismo.

Por una parte se encuentra el paleontólogo australiano Richard Roberts y colaboradores que defienden a la nueva especie, lo que está reforzado por los estudios morfológicos más recientes sobre el cráneo y la muñeca. Por el contrario Robert Martin o Teuku Jacob sostienen que el hombre de Flores es un pigmeo afectado de microcefalia, tal y como sostiene la última publicación.

En la fotografía se encuentra un cráneo de Homo sapiens y el más completo de Homo floresiensis.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hombre, Aragosaurus, sí, podrían ser una tribu de pigmeos, todos afectados de microcefalia, que además no tenían mentón ni frente porque eran bastante feuchos los pobres, y podríamos achacar la nariz ancha y los arcos supraorbitales gruesos a un estado de cabreo permanente por tener que pelearse con varanos gigantes siendo tan bajitos.
Para lo que parece ser una mini-cresta sagital, no tengo explicación, pero podría ser una adaptación cultural producida por moldes aplicados en el cráneo durante la infancia.

Sí. Podría ser todo eso, pero entonces ¿qué hacemos con el Principio de Parsimonia? ...