jueves, marzo 21, 2013

Retirado el artículo sobre el diente humano de Fuente Nueva

Hace unas semanas fue noticia en todos los medios de comunicación la publicación de un diente de uno de los yacimientos de Orce (Granada) como el fósil humano más antiguo de Europa al estar datado en 1,4 millones de años, aunque en realidad la publicación apuntaba que estaba alrededor. El artículo se encontraba en prensa en la revista científica Journal of Human Evolution. La revista Elsevier ha retirado temporalmente el artículo. En la Web de Materia hay diferentes opiniones. Hemos tomado algunos párrafos del artículo de Manuel Ansende, pero os animamos a leer el artículo completo.

La causa de la retirada del estudio es una carta enviada por el geólogo Luis Gibert al editor de la revista especializada en evolución, según explica él mismo a Materia. Luis es hijo de Josep Gibert, el investigador que en 1982 creyó encontrar en Orce un fragmento de cráneo de un humano que habría vivido hace 1,5 millones de años. Posteriormente, casi con cuentagotas, todos los científicos que defendían la humanidad de aquel cráneo se fueron bajando del burro, primero atribuyéndolo a un caballo y ahora a una cierva u otra hembra de rumiante. Gibert padre se quedó solo. Muchos de los autores del reciente estudio sobre la muela de Orce han renegado en años pasados de los estudios inconsistentes de Gibert, descubridor de los yacimientos.

El hijo de Gibert, que es geólogo en la Universidad de Barcelona, asegura por teléfono que uno de los mayores expertos mundiales en dientes fósiles, José María Bermúdez de Castro, le confirmó a su padre la humanidad de la muela. Bermúdez de Castro, codirector de los yacimientos de Atapuerca, lo niega rotundamente. “No es humano en absoluto”, manifiesta. A su juicio, la revista Human Evolution era “una revista de sexta fila, una hoja parroquial en la que colaba todo”. Este investigador se muestra “sorprendido” por la retirada temporal del estudio sobre la muela de leche de 1,4 millones de años.

2 comentarios:

ome dijo...

En esta otra noticia dan más evidencias de mala praxis:
http://e-ciencia.com/blog/noticias/el-articulo-sobre-el-diente-de-leche-de-orce-retirado-temporalmente/

Andrés dijo...

Hace algunos años estuve en un ciclo sobre evolución humana en el instituto Miquel Crusafont en Sabadell, Barcelona, donde investigadores como Eudald Carbonell, Salvador Moyá o Jordi Agustí, dieron interesantes charlas. No era el primer ciclo al que asistía, pero si el que más me impresionó por una historia “humana”. La de un señor mayor de barba blanca, afable y entusiasta. Vi en él el lejano espíritu de los buscadores de huesos, de los de la vieja escuela. Ese hombre, ese desconocido que entró en el auditorio se llamaba Josep Gibert y relató con detalle su antiguo descubrimiento en Orce y cómo los investigadores de su entorno lo apoyaron… hasta que una eminencia de entonces, un peso pesado, soltó aquello de: …es de un equino…
Todo cayó en el sensacionalismo de la prensa: “…pertenecía a un burro” y el castillo de naipes se desmoronó. Sus compañeros, los investigadores, ciegamente se retractaron del apoyo y Josep Gibert se quedó solo. Al parecer todo el mundo le dio la espalda. Bueno, fue triste y entrañable verlo relatar aquella historia hasta vaciar su alma ante el reducido público. Cuando acabó, en la salida, su hijo, vendía ejemplares del libro EL HOMBRE DE ORCE. Compre uno y aunque soy bastante tímido le dije:
-¿Crees que me lo firmaría…?
- Claro.-contestó.
Entré de nuevo en la sala vacía y en un asiento vi a aquel hombre con aire abatido, vencido por los recuerdos, mirando al suelo pensativo. Titubeé y finalmente le pedí que me lo firmara. Lo hizo con una amable dedicatoria y cierta extrañeza.
-Buscaré todos los libros que encuentre suyos- dije desafortunadamente, porque su rostro se apago de nuevo para decirme que no habían más libros.
Supe que la carrera de aquel hombre fue diezmada cayendo en un injusto descrédito. Leí su libro y las palabras de su hija al final me conmovieron.
Al poco tiempo busqué en internet para saber de este hombre y descubrí que había fallecido. Desde aquí mi sincero apoyo a los suyos.
Andrés Ruiz Segarra