martes, junio 27, 2006

Tela de araña fósil de Escucha

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Noticia tomada OLALLA CERNUDA (elmundo.es)

En la localidad de Escucha, en Teruel se ha descrito la tela de araña más antigua del mundo. Según publica la revista 'Science' en su último número, algunas arañas llevan 110 millones de años tejiendo perfectas formas geométricas con sus telas, concretamente desde el Cretácico inferior, época de la que data la tela de araña fosilizada localizada en el yacimiento español, que incluso tiene pequeños insectos atrapados en ella.

Los investigadores encontraron pedazos de una telaraña, con varios insectos aún enredados, atrapada en un pedazo de ámbar de hace unos 110 millones de años. El ámbar contiene 26 hebras de telaraña en las que han quedado atrapados un ácaro, una pata de avispa y un escarabajo, adheridos a un hilo pegajoso en el que se pueden apreciar pequeñas gotas de 'pegamento' de telaraña.

El hallazgo es el ejemplo más antiguo de una telaraña con insectos atrapados del que se tenga conocimiento, según el coautor David Grimaldi, del American Museum of Natural History. El fósil ha sido depositado en la colección de la Fundación Conjunto Paleontológico de Dinópolis, en Teruel.

Según los autores del estudio, los insectos pudieron servir de alimento a una araña. Tienen el abdomen roto y lleno de resina fósil, lo que probablemente indica que la araña succionó sus tejidos internos después de inocular veneno en los jugos digestivos. Una vez muertos y vacíos, quedaron sumergidos en la resina. La pequeña avispa, además, está atada a la telaraña por un conjunto de hilos que atrapan eficazmente una de las patas.

La tela encontrada en la pieza de ámbar de Teruel tenía una estructura circular, y estaba formada por una espiral pegajosa sobre un sistema de hilos radiales. El registro más antiguo de esta característica de las arañas es un hilo con gotas pegajosas encontrada en un ámbar del Líbano que tenía entre 138 y 124 millones de años.

Pese a que Grimaldi y sus colegas aseguran que no hay suficiente telaraña conservada para saberlo a ciencia cierta, las partes que están conservadas sugieren un diseño de telaraña orbital. En cualquier caso, Grimaldi dice que el descubrimiento indica que las desafiantes trampas de seda de las arañas de principios del Cretácico pueden haber presionado a varios tipos de insectos voladores para evolucionar.

Aunque los insectos en la antigua telaraña pertenecen a grupos extintos, "su tamaño y diversidad son precisamente lo que uno esperaría ver en telarañas modernas: pequeñas avispas, moscas y escarabajos, grupos que son abundantes y diversos en la actualidad y que también son importantes polinizadores", dice Grimaldi. "Aparentemente, las arañas han estado pescando insectos en el aire desde hace mucho tiempo", señaló.

La telaraña orbital, la clásica red en forma de rueda, la tejen dos tipos diferentes de arañas, las deinopoides y las araneoides. Durante mucho tiempo, los científicos han debatido sobre si estos dos grupos habían desarrollado esta maravilla de la ingeniería de manera independiente. Ahora, las nuevas evidencias aportadas por los científicos españoles sugieren que la telaraña orbital o geométrica tuvo un origen evolutivo único, y puede haber estado sirviendo para atrapar insectos voladores desde hace unos 136 millones de años.
Uno de los insectos atrapados en la telaraña. (Foto: Science)

La pregunta que no pueden responder todavía los científicos es si todas las arañas que tejen sus redes con forma orbital utilizan el mismo tipo de seda. Para averiguarlo, Jessica Garb, postdoctorada de la Universidad de California, y sus colegas se centraron en la genética de varias proteínas de seda, claves que forman los cimientos de una telaraña orbital, incluyendo la rueda de fuera, los rayos y los hilos pegajosos de captura de la espiral.

Los espirales de captura de deinopoides y araneoides utilizan diferentes técnicas para lograr la pegajosidad. Las araneoides producen pequeñas gotas de pegamento que hacen que sus espirales capturadoras sean adhesivas. Los deinopoides por su parte, envuelven sus hilos capturadores con un tipo de fibra de seda distinto que "las arañas peinan, y así atrapan insectos", explica Garb.

La pegajosa diferencia fue en parte lo que hizo pensar a los científicos que deinopoides y araneoides desarrollaron la telaraña orbital de manera independiente, en vez de heredarla de un ancestro común. Pero nadie se había asomado a la genética subyacente de las sedas de las telarañas deinopoides. Colaborando con la profesora asistente Cheryl Hayashi y dos estudiantes universitarias, Garb y su equipo ahora demuestran ahora que ambos grupos de arañas utilizan la misma serie de sedas para construcción de telarañas.

Las proteínas esenciales de la seda de araña son de gran interés para la industria, que lleva años intentando reproducir esa asombrosa mezcla de fuerza, capacidad de estiramiento y resistencia inusitadas, para productos como vendajes, fibras de chalecos antibala, cables aeroespaciales y redes. Pero para que estas aplicaciones se conviertan en realidad, los investigadores necesitan entender exactamente cómo difieren las sedas de arañas hasta en el nivel genético.

"Dado que hay esta diversidad de sedas de araña y las arañas las utilizan para diferentes funciones, éstas tienen diferentes propiedades mecánicas", dice Garb. "Y para entender de dónde viene esta variación en propiedades mecánicas, debemos empezar a poner atención a las proteínas que conforman estas sedas", señaló.

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