La mayoría de las especies actuales se originaron durante el Cuaternario
o Pleistoceno, período que comprende los últimos dos millones y medio
de años de la historia de la Tierra. Los osos (familia Ursidae)
aparecieron en el Oligoceno y evolucionaron hacia formas muy diferentes
durante estos casi 40 millones de años de su historia. Unos son los
mapaches, otros los osos pandas y otros los osos polares protagonistas
de esta historia. Durante el Plioceno aparecen las primeras especies
fósiles de la subfamilia Ursinae, a la que pertenecen los actuales osos
polares.
Algunos osos polares fueron gigantescos, como el Ursus maritimus tyrannus (ver figura) el primer oso polar que apareció en el Pleistoceno medio en el Reino Unido (figura y referencia: Kurtén, 1964) aunque algunos investigadores indican que sólo se trata de un oso pardo gigante, y que en realidad el oso polar más antiguo está representado en Noruega por una mandíbula fósil del yacimiento de Poolepynten en las islas Svalbard (Ingolfsson & Wiig, 2008). Esta mandíbula está datada en 150.000-80.000 años.
Los osos polares, tan distintos morfológicamente del oso pardo, Ursus arctos, que para algunos tenían que ser especies distintas y no Ursus arctos maritimus como proclamaban la mayoría de los taxónomos, aparecieron durante el Cuaternario, hace unos 600.000 años según los datos proporcionados por los estudios de ADN. Además, la genética confirma lo que la morfología mostraba: los osos polares son una línea que se separó de la del oso pardo antes de lo que se pensaba, según un trabajo recientemente presentado en Science y en el que participan también investigadores de la estación Biológica de Doñana. Esta noticia ha sido publicada en nuestra querida revista de la naturaleza española, Quercus.
A pesar de los numerosos documentales y estudios de los osos polares, muy poco sabemos sobre su historia natural, y más concretamente de su historia paleontológica ya que al ser animales que viven en el hielo, fosilizan raramente. En este caso el ADN resuelve de momento el problema de sus relaciones de parentesco, pero y esto es lo más importante, la cuestión de sobre si el oso polar se podrá salvar ante este cambio climático que está calentando la atmósfera y fundiendo la base helada sobre la que viven.
Según la revista Querqus, la reciente aparición del oso polar (se creía que se habría separado del oso pardo hace unos 150.000 años) hacía suponer una elevada capacidad adaptativa a las condiciones polares, pero los nuevos resultados indican que la especie podría ser mas sensible de lo que se pensaba hasta ahora ante los posibles efectos del cambio climático. Nuestra aragosaurera Gloria Cuenca piensa que precisamente los nuevos resultados nos indican que el oso polar es capaz de adaptarse a las cambiantes condiciones climáticas y sus consecuencias, pues lleva experimentando, desde su aparición al menos tres grandes épocas glaciares y dos interglaciares con los numerosísimos cambios que suponen los interestadiales, especialmente desde los últimos 100.000 años (recordar que las glaciaciones comienzan hace dos millones y medio de años).
La referencia completa y el resumen original de los autores del artículo de genética: Frank Hailer, Verena E. Kutschera, Björn M. Hallström, Denise Klassert, Steven R. Fain, Jennifer A. Leonard, Ulfur Arnason, Axel Janke. Nuclear Genomic Sequences Reveal that Polar Bears Are an Old and Distinct Bear Lineage. Science 20 April 2012: Vol. 336 no. 6079 pp. 344-347. DOI: 10.1126/science.1216424
Os adjuntamos el resumen original: Recent studies have shown that the polar bear matriline (mitochondrial DNA) evolved from a brown bear lineage since the late Pleistocene, potentially indicating rapid speciation and adaption to arctic conditions. Here, we present a high-resolution data set from multiple independent loci across the nuclear genomes of a broad sample of polar, brown, and black bears. Bayesian coalescent analyses place polar bears outside the brown bear clade and date the divergence much earlier, in the middle Pleistocene, about 600 (338 to 934) thousand years ago. This provides more time for polar bear evolution and confirms previous suggestions that polar bears carry introgressed brown bear mitochondrial DNA due to past hybridization. Our results highlight that multilocus genomic analyses are crucial for an accurate understanding of evolutionary history.
Otras referencias
Kurtén, B. 1964. The evolution of the polar bear, Ursus maritimus Phipps. Acta Zoologica Fennica 108:1–30.
Ingólfsson, O. & Wiig, O. (2008): Late Pleistocene fossil find in Svalbard: the oldest remains of a polar bear (Ursus maritimus Phipps, 1744) ever discovered. Polar Research 28, 455–462.
Y para el que quiera saber más sobre osos polares, la página web de Amstrup, biólogo especialista en osos polares en Alaska: http://www.polarbearsinternational.org/sites/default/files/pdf/PolarBearsComprehensive.pdf
Algunos osos polares fueron gigantescos, como el Ursus maritimus tyrannus (ver figura) el primer oso polar que apareció en el Pleistoceno medio en el Reino Unido (figura y referencia: Kurtén, 1964) aunque algunos investigadores indican que sólo se trata de un oso pardo gigante, y que en realidad el oso polar más antiguo está representado en Noruega por una mandíbula fósil del yacimiento de Poolepynten en las islas Svalbard (Ingolfsson & Wiig, 2008). Esta mandíbula está datada en 150.000-80.000 años.
Los osos polares, tan distintos morfológicamente del oso pardo, Ursus arctos, que para algunos tenían que ser especies distintas y no Ursus arctos maritimus como proclamaban la mayoría de los taxónomos, aparecieron durante el Cuaternario, hace unos 600.000 años según los datos proporcionados por los estudios de ADN. Además, la genética confirma lo que la morfología mostraba: los osos polares son una línea que se separó de la del oso pardo antes de lo que se pensaba, según un trabajo recientemente presentado en Science y en el que participan también investigadores de la estación Biológica de Doñana. Esta noticia ha sido publicada en nuestra querida revista de la naturaleza española, Quercus.
A pesar de los numerosos documentales y estudios de los osos polares, muy poco sabemos sobre su historia natural, y más concretamente de su historia paleontológica ya que al ser animales que viven en el hielo, fosilizan raramente. En este caso el ADN resuelve de momento el problema de sus relaciones de parentesco, pero y esto es lo más importante, la cuestión de sobre si el oso polar se podrá salvar ante este cambio climático que está calentando la atmósfera y fundiendo la base helada sobre la que viven.
Según la revista Querqus, la reciente aparición del oso polar (se creía que se habría separado del oso pardo hace unos 150.000 años) hacía suponer una elevada capacidad adaptativa a las condiciones polares, pero los nuevos resultados indican que la especie podría ser mas sensible de lo que se pensaba hasta ahora ante los posibles efectos del cambio climático. Nuestra aragosaurera Gloria Cuenca piensa que precisamente los nuevos resultados nos indican que el oso polar es capaz de adaptarse a las cambiantes condiciones climáticas y sus consecuencias, pues lleva experimentando, desde su aparición al menos tres grandes épocas glaciares y dos interglaciares con los numerosísimos cambios que suponen los interestadiales, especialmente desde los últimos 100.000 años (recordar que las glaciaciones comienzan hace dos millones y medio de años).
La referencia completa y el resumen original de los autores del artículo de genética: Frank Hailer, Verena E. Kutschera, Björn M. Hallström, Denise Klassert, Steven R. Fain, Jennifer A. Leonard, Ulfur Arnason, Axel Janke. Nuclear Genomic Sequences Reveal that Polar Bears Are an Old and Distinct Bear Lineage. Science 20 April 2012: Vol. 336 no. 6079 pp. 344-347. DOI: 10.1126/science.1216424
Os adjuntamos el resumen original: Recent studies have shown that the polar bear matriline (mitochondrial DNA) evolved from a brown bear lineage since the late Pleistocene, potentially indicating rapid speciation and adaption to arctic conditions. Here, we present a high-resolution data set from multiple independent loci across the nuclear genomes of a broad sample of polar, brown, and black bears. Bayesian coalescent analyses place polar bears outside the brown bear clade and date the divergence much earlier, in the middle Pleistocene, about 600 (338 to 934) thousand years ago. This provides more time for polar bear evolution and confirms previous suggestions that polar bears carry introgressed brown bear mitochondrial DNA due to past hybridization. Our results highlight that multilocus genomic analyses are crucial for an accurate understanding of evolutionary history.
Otras referencias
Kurtén, B. 1964. The evolution of the polar bear, Ursus maritimus Phipps. Acta Zoologica Fennica 108:1–30.
Ingólfsson, O. & Wiig, O. (2008): Late Pleistocene fossil find in Svalbard: the oldest remains of a polar bear (Ursus maritimus Phipps, 1744) ever discovered. Polar Research 28, 455–462.
Y para el que quiera saber más sobre osos polares, la página web de Amstrup, biólogo especialista en osos polares en Alaska: http://www.polarbearsinternational.org/sites/default/files/pdf/PolarBearsComprehensive.pdf