Hace una semanas la prestigiosa revista Nature publico un artículo de
opinión de Paul Barrett y Martin Munt afirman que las colecciones de
fósiles en manos privadas eran un freno a la ciencia, sobre todo por su
dificultad en el acceso (Nature 512, 28; 2014). Se trata de un tema
espinoso, en el que los investigadores tienen diferentes opiniones según
sus propias experiencias. Nos ha parecido interesante el comentario en
la misma revista (Nature, 512, 371; 2014) que han hecho Oliver W. M.
Rauhut, Adriana López-Arbarello y Gert Wörheide en el que apuntan dos
aspectos significativos, que en colecciones privadas se encuentran, en
ocasiones, ejemplares únicos, y que en las instituciones públicas
(museos) en demasiadas ocasiones ponen dificultades e impiden la
consulta de los fósiles. Os dejamos una traducción de este artículo de
opinión.
Los coleccionistas privados proporcionan un valioso
servicio: muchos espcímenes de gran valor científico nunca se hubiera
encontrado, recogido y preparado sin su entusiasmo y dedicación. Un buen
ejemplo son los distintos ejemplares de Archaeopteryx (el ave
más antigua descubierta hasta el momento). Las instituciones en
demasiadas ocasiones carecen de fondos e incluso personal para realizar
excavaciones importantes, o para comprar ejemplares de gran interés
científico que no suelen ser donados a los museos.
Gracias a la
colaboración de los colecciones privados, estos especímenes de interés
científico pueden ser descritos y documentados (por ejemplo usando la
Tomografía computerizada). La recuperación de esta información siempre
es preferible a pasar por alto datos importantes científicos, incluso si
el acceso posterior a las piezas tiene alguna limitación.
Estamos
de acuerdo que los especímenes deben ser guardados en condiciones que
permitan la posterior revisión por parte de otros investigadores. En
este punto, vale la pena apostillar que nuestra experiencia indica que
el acceso a material depositado en museos es a veces negado, los
ejemplares pueden perderse, destruido o exhibirse de una manera que hace
el estudio detallado difícil.
viernes, septiembre 05, 2014
domingo, agosto 31, 2014
Un nuevo aragosaurero que va estudiar peces pleistocenos
Este año en la campaña del río de Atapuerca hemos tenido un nuevo
participante. Ángel Blanco es un geólogo que ha empezado a hacer la
tesis sobre los "peces" del Pleistoceno de diferentes yacimientos
españoles. Tenemos un nuevo aragosaurero en un tema de investigación
totalmente nuevo para el equipo. Pronto sabremos si los hombres del
Pleistoceno ibérico comían los peces de río. Es un recurso fácil de
conseguir, así que suponemos que sí, pero hay que demostrarlo.
Àngel Blanco, es licenciado en Geología por la Universitat Autónoma de Barcelona (UAB) desde el año 2003. Ha realizado el Master en Paleontología experimental (UB) y el Master en Arqueología Prehistórica, Historia Antigua y Medieval en la UAB, estudios que finalizó en 2005 y 2012 respectivamente, el primero con un trabajo titulado: “Optimización energética y tamaño cerebral de (Muridae, Rodentia) del Plio-Pleistoceno de las Islas Canarias, co-dirigido por el Dr. Moyà-Solà y la Dra. Doménech y el segundo con el trabajo titulado: “Ictioarqueología en el marco de la investigación arqueológica. Los ejemplos de los yacimientos de La Draga y el Castell de Montsoriu, dirigido por la Dra. Saña.
En la actualidad, su campo de trabajo abarca el estudio de la ictiofauna tanto durante el Pleistoceno peninsular con yacimientos como Atapuerca, Barranco León, Fuentenueva 3, Baza y Pinilla del Valle entre otros y durante la protohistoria y época histórica con yacimientos de edad neolítica (La Draga), ibérica (Mas Castellar de Pontós) o medieval (Castell de Montsoriu y Castell del Catllar)
Àngel Blanco, es licenciado en Geología por la Universitat Autónoma de Barcelona (UAB) desde el año 2003. Ha realizado el Master en Paleontología experimental (UB) y el Master en Arqueología Prehistórica, Historia Antigua y Medieval en la UAB, estudios que finalizó en 2005 y 2012 respectivamente, el primero con un trabajo titulado: “Optimización energética y tamaño cerebral de (Muridae, Rodentia) del Plio-Pleistoceno de las Islas Canarias, co-dirigido por el Dr. Moyà-Solà y la Dra. Doménech y el segundo con el trabajo titulado: “Ictioarqueología en el marco de la investigación arqueológica. Los ejemplos de los yacimientos de La Draga y el Castell de Montsoriu, dirigido por la Dra. Saña.
En la actualidad, su campo de trabajo abarca el estudio de la ictiofauna tanto durante el Pleistoceno peninsular con yacimientos como Atapuerca, Barranco León, Fuentenueva 3, Baza y Pinilla del Valle entre otros y durante la protohistoria y época histórica con yacimientos de edad neolítica (La Draga), ibérica (Mas Castellar de Pontós) o medieval (Castell de Montsoriu y Castell del Catllar)
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