sábado, abril 25, 2015

Pies de pollo en el Cretácico

 Desde los inicios de la paleontología e icnología de vertebrados se ha debatido sobre cómo eran los pies de los dinosaurios. Numerosas reconstrucciones se han realizado sobre su podoteca (estructura de escamas que recubre los pies de los arcosaurios), pero ¿estaban bien hechas?

En la mayoría de los casos, los fósiles representan la conservación de las partes más “duras” (huesos, dientes, etc.) de algunos pocos organismos. Son escasas las ocasiones en las que se puede encontrar conservadas las partes “blandas” (piel, órganos, uñas, etc.) de dichos organismos. Entonces, ¿en base a que se hacen esas reconstrucciones tan detalladas que aparecen en museos, revistas o diarios?  En el caso de los dinosaurios no avianos, los paleoartistas suelen utilizar datos de los parientes más cercanos vivos de los animales estudiados, que en este caso son los cocodrilos y las aves. Además, también utilizan otros datos como es la osteología o la icnología. Con la osteología pueden detallar entre otros aspectos el tamaño y forma general de dichos dinosaurios. La icnología ayuda en la reconstrucción de los pies y aportan datos sobre su postura. No obstante, sin datos sobre las partes blandas de dichos animales, no se está seguro si las reconstrucciones son fieles a la realidad.

Las Hoyas es un yacimiento del Cretácico Inferior de Cuenca (España) que ha aportado numerosos fósiles con tejido blando conservado. Entre ellos, se encuentra el dinosaurio Concavenator que conserva tejido tegumentario en diversas zonas, como en la extremidad posterior, alrededor de la cola y en el cuello. Los datos obtenidos del estudio de la podoteca del pie derecho de este dinosaurio permiten identificar tres tipos distintos de escamas con ordenación similar a la de las aves. Además, se considera que Concaventator tenía el desarrollo de almohadillas plantares con la misma disposición que en aves como los avestruces y que también tenía de un estuche córneo que formaría las garras de los dedos.

Esta investigación liderada por Elena Cuesta (UAM), en colaboración con Ignacio Díaz-Martínez (CONICET- UNRN), Francisco Ortega (UNED) y José Luis Sanz (UAM) aporta luz sobre el origen de esta estructura presente en Concavenator, por lo que el origen se puede rastrear hasta el grupo “Avetheropoda”, que incluye a la mayoría de los dinosaurios terópodos.

Si volvemos a la pregunta del título de esta notica, la respuesta después de esta investigación es SI.

La imagen de Concavenator es de: http://www.larazon.es/documents/10165/0/498x258/0c0/0d0/none/10810/IWIV/image_content_2958814_20150422070631.jpg

Referencia: Elena Cuesta, Ignacio Díaz-Martínez, Francisco Ortega & José L. Sanz (2015). Did all theropods have chicken-like feet? First evidence of a non-avian dinosaur podotheca. Cretaceous Research 56: 53–59 doi:10.1016/j.cretres.2015.03.008
http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0195667115000373

martes, abril 21, 2015

Puesto de trabajo en paleontología en Dinamarca

Christian Mac Ørum Rasmussen write to advertise for a post doc position within the fields of Lower Palaeozoic palaeoecology and biogeography which we are opening here at the Natural History Museum of Denmark in Copenhagen.

Preferentially we are looking for someone with experience in Ordovician - Silurian brachiopod taxonomy, but emphasis will be on finding someone who has excellent skills in constructing large databases, knowledge as to how these can be combined with GIS software and further has experience in applying various statistical analyzes on these datasets.

Please forward the link below to any potential candidates.

http://jobportal.ku.dk/alle-opslag/?show=730434

The successful candidate should just have finished a PhD, or, be at the junior postdoctoral level.
Deadline for applying is May 22nd, 2015.

lunes, abril 20, 2015

Las aves que convivían con los neandertales en el Musteriense de Aguilón



En un trabajo recientemente publicado en la revista Historical Biology miembros del Grupo Aragosaurus analizan los restos de aves encontrados en una cueva situada en la localidad de Aguilón, a unos 55km al sur de la ciudad de Zaragoza. El yacimiento, que recibe el nombre de Aguilón P7 (AGP-7),  se sitúa en la parte zaragozana de la Cordillera Ibérica. La cueva está parcialmente rellena por sedimentos del Pleistoceno (MIS3), que esconden un gran contenido de  restos fósiles, tanto de macrovertebrados como de microvertebrados, e industria lítica musteriense, relacionada con los neandertales. El Grupo Aragosaurus comenzó a estudiar este yacimiento hace 10 años, trabajo reflejado en varias comunicaciones en congresos de ámbito nacional.

Las aves son el grupo de vertebrados más diverso de la actualidad, y están muy bien representadas en los yacimientos del Cuaternario gracias a la presencia de abundantes restos fósiles, como en el caso del yacimiento AGP-7. Los pájaros están muy bien adaptados a los medios que habitan, y por ello son buenos indicadores paleoclimáticos. Es decir, pueden ayudar a comprender como era el clima y el paisaje en distintos momentos del pasado. En este caso, el clima reinante durante los últimos pasos de los neandertales, de ahí el interés del estudio del yacimiento de Aguilon y de sus aves.

Se identificaron 9 taxones de aves distintos en el sedimento de AGP-7: Galliformes indet., Lagopus sp., Aquila chrysaetos, Gyps fulvus, Passeridae indet., Anthus sp., Prunella modularis, Sturnus cf. unicolor y Corvus monedula. También se llevaron a cabo análisis tafonómicos sobre estos restos, que sugieren que estas aves fueron acumuladas rapaces diurnas que no tragaba las presas, si no que las iba despellejando. El análisis paleoclimático apunta a una zona boscosa, con claros y zonas de roquedo. Es interesante el hecho de que estas aves actualmente conviven en zonas de clima oceánico, en contraste con el clima mediterráneo que prevalece hoy en día en la zona de Aguilón.  Estos resultados reflejan un momento con un clima distinto, más húmedo, en el que los últimos neandertales se refugiaban al sur del valle del Ebro.

Estos interesantes resultados se verán pronto complementados por la publicación de más trabajos aragosaureros sobre los murciélagos y sobre los grandes mamíferos del yacimiento, lo que ayudará a dibujar un marco más detallado de este interesante momento del pasado de nuestra región.

La referencia completa es:
Núñez-Lahuerta C, Cuenca-Bescós G, Sauqué V, Galán J. Avian remains from the Upper Pleistocene (MIS3) site of Aguilón 1 P-7, south of the Ebro River, Spain. Historical Biology: y: An International Journal of Paleobiology, DOI:10.1080/08912963.2015.1028928.

Ya sabemos como son las vértebras de Maledictosuchus



Maledictosuchus riclaensis, el popularmente conocido como cocodrilo de Ricla se conocía hasta el momento por el cráneo casí completo que nos permitió describirlo. Pertenece a los metriorrinquidos, un grupo de cocodrilos marinos que se extinguieron en el Cretácico Inferior, hace unos 130 millones de años. El cráneo de Maledictosuchus es hidrodinámico, con órbitas oculares enormes situadas a ambos lados de la cabeza y numerosos dientes de pequeño tamaño. Tendría una dieta fundamentalmente piscívora, aunque también podrían estar comer cefalópodos y otros invertebrados marinos.

En un reciente trabajo publicado en el Journal of Iberian Geology, nuestra aragosaurera Jara Parrilla ha liderado un trabajo con la descripción por primera vez de las vertebras de Maledictosuchus. Su descubrimiento fue casual, pero ha permitido conocer más de nuestro popular cocodrilo. En una revisión de las colecciones del Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de Zaragoza, Luis Miguel Sender que en ese momento estaba al cargo de las colecciones, se dio cuenta de la presencia de varios nódulos con huesos depositados a la vez que el cráneo y provenientes de la misma localidad. Con paciencia y muchas horas de ácido se consiguió desprender la dura matriz que rodeaba a estos huesos.

Poco a poco fue apareciendo tres vértebras, una cervical, otra dorsal y otra caudal. Solo se habían recuperado tres vértebras, pero las tres representaban diferentes partes del cuerpo. Este punto nos gusta resaltar, que las vértebras de los metriorrinquidos no tienen una gran representación en las publicaciones. La razón es que los mejores ejemplares suelen estar aplastado y por tanto es difícil de estudiar el esqueleto postcranial y en otras se han encontrado sin relación anatómica con los cráneos. Entonces es difícil de establecer relación entre el cráneo del metriorrínquido y su posible esqueleto postcraneal.
El artículo lo podéis descargar en los enlaces que os dejamos a continuación. Hemos añadido los datos de las vértebras al estudio filogenético realizado solo con el cráneo y la posición filogénetica de Maledictosuchus se mantiene intacta, como el taxón más basal de los Rhacheosaurini, uno de los grupos de metriorrinquidos.

La referencia completa es: Parrilla-Bel, J., Canudo, J.I. 2015. Postcranial elements of Maledictosuchus riclaensis (Thalattosuchia) from the Middle Jurassic of Spain. Journal of Iberian Geology 41(1), 31-40.

También está aquí: Journal of Iberian Geology