Taller, stop motion. CENTRO DE DOCUMENTACIÓN DEL AGUA Y EL MEDIO AMBIENTE. CDAMAZ, Zaragoza. 1 de febrero.
Primera parte:
En la biblioteca diseño de títeres. Personajes
relacionados con la Paleontología. Invitada pionera inglesa: Mary
Anning. Invitada pionera aragonesa: Gloria Cuenca
En la critpa preparación escenarios y guión.
Segunda parte: rodaje stopmotion.
Organiza: CDAMAZ, IUCA, Cuentacientíficas
Dirigido a: Público familiar
Hora comienzo: 10:30
Hora finalización: 13:30
Dirección: PASEO ECHEGARAY Y CABALLERO, 18, 50003, Zaragoza, Aragón
Reserva: Con inscripción
Organiza: CDAMAZ. IUCA. CUENTACIENTÍFICAS
Email de contacto: cdama-informacion@zaragoza.es
Teléfono de contacto: 976726087
Más información: http://www.zaragoza.es/medioambiente/centrodocumentacion
jueves, enero 30, 2020
Paleontology assistant Dickinson Museum Center
SEASONAL POSITION - MUSEUM PALEONTOLOGY ASSISTANT
As part of its summer programming, Dickinson Museum Center is seeking a seasonal paleontology assistant for the 2020 summer tourist season, starting in mid-late May or early June (flexible), and lasting up to 12 weeks.
POSITION SUMMARY:
The seasonal paleontologist is a position that combines education & outreach, exhibit interpretation, and work in the preparation laboratory. The amount of time dedicated to each responsibility will depend on the ability and experience of the applicant.
Compensation: $12.52 per hour (wage includes $1.25 per hour Skill-Based pay)
Hours: up to 40 hours per week
APPLICATION INFORMATION:
Date Posted: January 23, 2020 08:00 AM
Deadline: February 13, 2020 5:00 PM
All applicants for this position in previous years are welcome to apply for this summer's position. For more information on the position, and details of how to apply, please visit the City of Dickinson website:
https://dickinsongov.com/2020/01/23/job-opening-museum-paleontology-assistant/
ABOUT BADLANDS DINOSAUR MUSEUM:
Badlands Dinosaur Museum is a growing institution located on the 12 acre campus of Dickinson Museum Center in Dickinson, ND. The museum was founded in 1992 by Alice and Larry League and operated as Dakota Dinosaur Museum until 2015 whereupon it was acquired by the City of Dickinson. In 2016, Dr. Denver Fowler was hired as curator of paleontology and the museum was renamed as Badlands Dinosaur Museum in 2017.
Badlands Dinosaur Museum is undergoing a complete overhaul of the facility, exhibits, and programming. New fossil specimens are being collected by our fieldwork program that are prepared in our public viewing laboratory, which has a sliding window to allow visitors to ask questions. Fossil storage facilities have been upgraded to meet standards for a federal repository. Our evolving exhibit features new displays each year.
martes, enero 28, 2020
Las rocas del Jurásico expuestas al sur de Zaragoza permiten conocer cómo fueron los mares de esa época
Los aragosaureros y miembros del IUCA Cristina Sequero, Marcos Aurell y Beatriz Bádenas de la Universidad de Zaragoza han realizado un estudio que ha permitido obtener claves para la investigación de los fondos marinos tropicales del final del Jurásico, hace 153 millones de años. El trabajo realizado p ha sido recientemente publicado en la revista científica internacional “Sedimentary Geology”.
El estudio realizado está basado en la observación en el campo y en el microscopio de las rocas del Jurásico expuestas en varias localidades del sur de Zaragoza como Muel, Mezalocha, Jaulín, Valmadrid, Fuendetodos o Aguilón. Estas rocas permiten a los científicos proponer un modelo de distribución de los oncoides, unas estructuras formadas por algas y bacterias que proliferaron en los fondos marinos tropicales del final del Jurásico, en función de la profundidad, agitación del hondo por el oleaje y la oxigenación de las profundidades marinas. La clasificación propuesta por Sequero, Aurell y Bádenas puede servir de referencia para estudios en rocas que contienen esas partículas de origen bacteriano en otras regiones del planeta. Los autores de la Universidad de Zaragoza describen diversos tipos de cianobacterias (algas verdeazuladas) capaces de formar oncoides, partículas esféricas o subesféricas que pueden alcanzar varios centímetros de diámetro.
La formación de los oncoides comienza con la presencia de un núcleo, como podría ser el fragmento de una concha de molusco, que rueda sobre el fondo marino y atrapa un sedimento muy fino, y este movimiento genera láminas concéntricas en torno al centro. Durante este proceso, las bacterias pueden colonizar temporalmente la superficie y generar láminas microbianas. Las morfologías y tamaños de estas bacterias son muy variadas, desde tubos filamentosos a cúmulos con aspecto grumoso, protegidos en el registro fósil cuando la estructura de dicha bacteria calcifica. En el estudio han podido comprobar que la forma, tamaño y estructura interna de los oncoides están directamente relacionados con procesos físicos y químicos que tienen lugar en las aguas marinas. De este modo, los oncoides obtienen un aspecto muy diverso que abarca desde nódulos de hasta 7 centímetros de diámetro constituidos exclusivamente por microorganismos, hasta partículas milimétricas donde la presencia de estos microorganismos es esporádico o nula.
Determinadas condiciones especialmente relacionadas con la energía del agua, temperatura o salinidad determinan el crecimiento microbial y, por tanto, la generación de uno u otro tipo de oncoide. Por lo que, medios marinos muy tranquilos, con salinidad similar a los mares actuales y temperaturas calidad favorecen la proliferación bacteriana. De lo contrario, si existe un fuerte oleaje la actividad microbiana se reduce, del mismo modo que si varía la salinidad o la temperatura. La gran sensibilidad de estos organismos ante las condiciones ambientales los convierte a ellos, y a las estructuras que los contienen, en excelentes archivos paleoambientales que permiten reconstruir ecosistemas marinos pasados.
El estudio realizado está basado en la observación en el campo y en el microscopio de las rocas del Jurásico expuestas en varias localidades del sur de Zaragoza como Muel, Mezalocha, Jaulín, Valmadrid, Fuendetodos o Aguilón. Estas rocas permiten a los científicos proponer un modelo de distribución de los oncoides, unas estructuras formadas por algas y bacterias que proliferaron en los fondos marinos tropicales del final del Jurásico, en función de la profundidad, agitación del hondo por el oleaje y la oxigenación de las profundidades marinas. La clasificación propuesta por Sequero, Aurell y Bádenas puede servir de referencia para estudios en rocas que contienen esas partículas de origen bacteriano en otras regiones del planeta. Los autores de la Universidad de Zaragoza describen diversos tipos de cianobacterias (algas verdeazuladas) capaces de formar oncoides, partículas esféricas o subesféricas que pueden alcanzar varios centímetros de diámetro.
La formación de los oncoides comienza con la presencia de un núcleo, como podría ser el fragmento de una concha de molusco, que rueda sobre el fondo marino y atrapa un sedimento muy fino, y este movimiento genera láminas concéntricas en torno al centro. Durante este proceso, las bacterias pueden colonizar temporalmente la superficie y generar láminas microbianas. Las morfologías y tamaños de estas bacterias son muy variadas, desde tubos filamentosos a cúmulos con aspecto grumoso, protegidos en el registro fósil cuando la estructura de dicha bacteria calcifica. En el estudio han podido comprobar que la forma, tamaño y estructura interna de los oncoides están directamente relacionados con procesos físicos y químicos que tienen lugar en las aguas marinas. De este modo, los oncoides obtienen un aspecto muy diverso que abarca desde nódulos de hasta 7 centímetros de diámetro constituidos exclusivamente por microorganismos, hasta partículas milimétricas donde la presencia de estos microorganismos es esporádico o nula.
Determinadas condiciones especialmente relacionadas con la energía del agua, temperatura o salinidad determinan el crecimiento microbial y, por tanto, la generación de uno u otro tipo de oncoide. Por lo que, medios marinos muy tranquilos, con salinidad similar a los mares actuales y temperaturas calidad favorecen la proliferación bacteriana. De lo contrario, si existe un fuerte oleaje la actividad microbiana se reduce, del mismo modo que si varía la salinidad o la temperatura. La gran sensibilidad de estos organismos ante las condiciones ambientales los convierte a ellos, y a las estructuras que los contienen, en excelentes archivos paleoambientales que permiten reconstruir ecosistemas marinos pasados.
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