Nos ha llegado información de un puesto de trabajo en la Universidad de Bristol. Os la adjuntamos.
We are looking for an enthusiastic, skilled, qualified and experienced
individual to manage the Palaeobiology Laboratories in the School of
Earth Sciences at the University of Bristol. The facilities are divided
between two locations, and include laboratories for fossil preparation,
microfossil processing, microscope facilities, computed tomography,
computational and physical biomechanical analysis, phylogenomics, and
wet molecular biology.
You will have direct responsibility for running and maintaining the
research-grade Palaeobiology laboratories, and to support
Palaeobiology-related laboratory teaching within the School. The focal
aim of this role is to provide researchers with practical advice in the
design, execution and outcome-delivery of their laboratory research.
The Palaeobiology Laboratories Manager (PLM) is responsible for the
smooth functioning of all equipment in these facilities, for ordering
supplies, maintaining relevant laboratory budgets, attending to all
health and safety matters, and training students and other researchers
in proper use of equipment and facilities. The PLM is responsible to the
Technical Manager as their line manager and will collaborate closely
with academic research staff, post-doctoral and doctoral researchers, as
well as taught MSc, MSci and BSc students across the School.
DIVISION/SCHOOL: School of Earth Sciences
CONTRACT TYPE: Open ended contract staff
WORKING PATTERN: Full time
SALARY: £30,728 - £34,565
CLOSING DATE FOR APPLICATION: 13-Feb-2014
Closing date for all applications: Midnight on Thursday 13th February
2014.
Interview date: Thursday 6th March 2014.
Further details:
http://www.bristol.ac.uk/jobs/find/details.html?nPostingId=1548&nPostingTargetId=5414&id=Q50FK026203F3VBQBV7V77V83&LG=UK
sábado, enero 18, 2014
jueves, enero 16, 2014
Entrevista a Samuel Zamora, ganador del premio Paleonturología
El último premio Paleonturología fue concedido a Samuel Zamora,
investigador del Instituto Geológico y Minero de España y un habitual
colaborador de la web de Aragosaurus. Samuel es especialista en
equinodermos fósiles del Cámbrico que ha estudiado en diferentes partes
del mundo, aunque su tesis se realizo en rocas del Cámbrico de Zaragoza.
A raíz de la concesión del premio, el Diario de Teruel publicó una entrevista con Samuel que en parte os reproducimos.
Samuel apunta que los "Los equinodermos son el único grupo de animales que exploró un nuevo plan corporal, la simetría pentarradiada. Sin embargo las larvas y los primeros fósiles de estos animales eran bilaterales. En términos evolutivos es uno de los grupos clave para analizar cómo surgieron estos nuevos planes corporales. En ecología son muy importantes ya que son muy susceptibles a los cambios ambientales. Actualmente los ecólogos están muy preocupados por la acidificación de los océanos y los equinodermos son uno de los grupos utilizados para analizar este proceso. La paleontología puede ofrecer muchas respuestas a estas cuestiones dando una perspectiva temporal".
Sobre los dos ejemplares de la nueva especie descrita con el nombre Ctenoimbricata spinosa, objeto de estudio en el artículo científico que ha recibido el premio Paleonturología, Samuel explica que "son fósiles de un par de centímetros pero difíciles de reconocer en el campo. El Cámbrico, periodo al que pertenecen, es muy importante en la evolución de la vida en el planeta, según el científico, "ya que en este momento aparecen los representantes más antiguos de todos los grupos animales que dominaran los mares en momentos posteriores. Ctenoimnbricata representa el equinodermo más primitivo, tenía forma aplanada, espinas rodeando el cuerpo, una gran boca en la parte anterior y lo más importante, era bilateral y no radial".
El estudio revela que toda la morfología de Ctenoimbricata es única, aunque lo más importante es la presencia de simetría bilateral. En este sentido, Zamora argumenta que "durante décadas los zoólogos y biólogos del desarrollo han discutido en base a los datos procedentes de las larvas actuales de equinodermos y sus genes cómo debió ser el primer equinodermo. Muchos datos apuntan a que debió ser bilateral, pero los datos paleontológicos de los primeros fósiles sugerían que tuvo una simetría radial. Gracias al hallazgo de Ctenoimbricata ahora sabemos que los primeros equinodermos fueron bilaterales pero no sólo eso, además sabemos qué aspecto tenían y cómo se alimentaban. Lo que ha supuesto este hallazgo es la confirmación final de algo que se intuía desde hace más de un siglo pero que los fósiles nunca antes habían confirmado".
La investigación llevó a los científicos aproximadamente dos años. Utilizaron para ello un micro escáner CT o microtomógrafo computerizado, para estudiar los fósiles, que hay en el Museo de Historia Natural de Londrés. Sobre la técnica de la microtomografía, explica que "la técnica consiste en escanear los fósiles a una altísima resolución de manera similar a lo que los escáneres médicos hacen con no- otros. A partir del escaneado se obtienen unas 2.000 radiografías de un fósil que en este caso es de unos 2 centímetros. Posteriormente fueron necesarios más de 6 meses de tratamiento informático para poder revelar con total exactitud la morfología que tuvo Ctenoimbricata".
Samuel apunta que los "Los equinodermos son el único grupo de animales que exploró un nuevo plan corporal, la simetría pentarradiada. Sin embargo las larvas y los primeros fósiles de estos animales eran bilaterales. En términos evolutivos es uno de los grupos clave para analizar cómo surgieron estos nuevos planes corporales. En ecología son muy importantes ya que son muy susceptibles a los cambios ambientales. Actualmente los ecólogos están muy preocupados por la acidificación de los océanos y los equinodermos son uno de los grupos utilizados para analizar este proceso. La paleontología puede ofrecer muchas respuestas a estas cuestiones dando una perspectiva temporal".
Sobre los dos ejemplares de la nueva especie descrita con el nombre Ctenoimbricata spinosa, objeto de estudio en el artículo científico que ha recibido el premio Paleonturología, Samuel explica que "son fósiles de un par de centímetros pero difíciles de reconocer en el campo. El Cámbrico, periodo al que pertenecen, es muy importante en la evolución de la vida en el planeta, según el científico, "ya que en este momento aparecen los representantes más antiguos de todos los grupos animales que dominaran los mares en momentos posteriores. Ctenoimnbricata representa el equinodermo más primitivo, tenía forma aplanada, espinas rodeando el cuerpo, una gran boca en la parte anterior y lo más importante, era bilateral y no radial".
El estudio revela que toda la morfología de Ctenoimbricata es única, aunque lo más importante es la presencia de simetría bilateral. En este sentido, Zamora argumenta que "durante décadas los zoólogos y biólogos del desarrollo han discutido en base a los datos procedentes de las larvas actuales de equinodermos y sus genes cómo debió ser el primer equinodermo. Muchos datos apuntan a que debió ser bilateral, pero los datos paleontológicos de los primeros fósiles sugerían que tuvo una simetría radial. Gracias al hallazgo de Ctenoimbricata ahora sabemos que los primeros equinodermos fueron bilaterales pero no sólo eso, además sabemos qué aspecto tenían y cómo se alimentaban. Lo que ha supuesto este hallazgo es la confirmación final de algo que se intuía desde hace más de un siglo pero que los fósiles nunca antes habían confirmado".
La investigación llevó a los científicos aproximadamente dos años. Utilizaron para ello un micro escáner CT o microtomógrafo computerizado, para estudiar los fósiles, que hay en el Museo de Historia Natural de Londrés. Sobre la técnica de la microtomografía, explica que "la técnica consiste en escanear los fósiles a una altísima resolución de manera similar a lo que los escáneres médicos hacen con no- otros. A partir del escaneado se obtienen unas 2.000 radiografías de un fósil que en este caso es de unos 2 centímetros. Posteriormente fueron necesarios más de 6 meses de tratamiento informático para poder revelar con total exactitud la morfología que tuvo Ctenoimbricata".
martes, enero 14, 2014
Las habilidades para sujetar objetos de Oreopithecus
El estudio de la falange distal del dedo pulgar del hominoideo fósil Oreopithecus bambolii ha
revelado que esta especie tenía la capacidad de sujetar objetos
haciendo una pinza con los dedos parecida a la que hacen los humanos,
con una precisión muy superior a la que realizan hominoideos actuales y
fósiles. Esta adaptación habría mejorado su capacidad de obtener y
procesar manualmente alimentos en el ambiente insular con escasez de
recursos en el que vivió esta especie hace unos 7 millones de años. El
hallazgo ha sido publicado en American Journal of Physical Anthropology
por Sergio Almécija, investigador asociado del Institut Català de
Paleontologia Miquel Crusafont (ICP).
Oreopithecus bambolii es una especie de hominoideo que vivió hace entre 8.2 y 6.7 millones de años en la zona que actualmente forma parte de la Toscana y Cerdeña (Italia). El esqueleto más completo fue descubierto en 1958 en una mina de carbón y corresponde a un joven adulto macho de unos 30 kilos conocido con el apodo de "Sandrone". Aunque Oreopithecus es el hominoideo fósil europeo más bien conocido en cuanto al postcranial (las partes del esqueleto que no forman parte del cráneo), su clasificación ha sido siempre controvertida entre la comunidad científica. Aunque actualmente Oreopithecus es considerado un hominoideo, a mediados del siglo pasado, algunos autores lo situaron cercano a cercopitécidos (grupo que comprende los macacos o los babuinos, entre otros), o incluso fue considerado por algunos autores como un representante de los primeros homininos (el grupo que comprende los humanos y sus ancestros fósiles). La dificultad en su clasificación es debida a la compleja combinación de caracteres ancestrales, modernos y derivados que presentan sus restos.
La morfología de la mano de Oreopithecus —y particularmente la de su pulgar— ha sido objeto de gran controversia y muchas publicaciones científicas durante los últimos 25 años. En un artículo publicado este mes en American Journal of Physical Anthropology, el investigador del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP) Sergio Almécija, Marvin Shrewsbury (médico americano experto en anatomía de la mano), Salvador Moyà ( ICP) y Lorenzo Rook (Universidad de Florencia), comparan la morfología de la falange distal del pulgar de Oreopithecus con la de otras especies actuales y fósiles: la muestra comparativa de los análisis incluye humanos, diversas especies de monos, hominoideos actuales (gibones, orangutanes, gorilas y chimpancés), y fósiles como Proconsul o Pierolapithecus (la especie encontrada en Els Hostalets de Pierola y descrita por el espécimen conocido popularmente como Pau).
El estudio concluye que las proporciones de la falange distal del pulgar de Oreopithecus son parecidas en especies actuales aparentemente tan diferentes como gibones y gorilas, y también en especies fósiles como Orrorin (uno de los primeros miembros del linage humano) o Proconsul, lo que los investigadores han interpretado como una característica ancestral del grupo. Por otro lado, sin embargo, la falange de Oreopithecus presenta algunas características anatómicas que sólo se ha encontrado en humanos actuales y fósiles y que estudios previos han relacionado con la capacidad humana de coger objetos usando una pinza de precisión con las partes planas de las yemas de los dedos del pulgar y el índice, una habilidad que se conoce en inglés como pad-to-pad precision grip. Los investigadores del ICP, Salvador Moyà y Meike Köhler, junto con Lorenzo Rook ya habían apuntado anteriormente estas habilidades en la manipulación de Oreopithecus en un artículo publicado en 1999 en la revista PNAS.
La gran mayoría de primates no humanos son capaces de manipular objetos con cierto grado de precisión utilizando el pulgar y uno o más dedos, pero los humanos son los únicos que pueden sujetar objetos de forma delicada pero segura entre las yemas de los dedos del pulgar y otros dedos . Esto es posible porque nuestro pulgar es robusto y largo en relación al resto de dedos. En cambio, en los hominoideos actuales como los chimpancés, el pulgar es proporcionalmente mucho más corto que los otros dedos y sólo pueden coger los objetos sujetándolos entre las puntas o los lados de los dedos de una manera menos precisa. Entre otras características, la presencia en Oreopithecus de una inserción muscular para un flexor largo en la falange distal del pulgar como la que presentan los humanos, sugiere que el pulgar era largo en relación al resto de dedos y que usaba una pinza de precisión de tipo humano para manipular alimentos.
La capacidad de realizar esta pinza por parte de Oreopithecus se puede explicar por las características del ambiente donde vivió: hace 7 millones de años, la zona de la Toscana y Cerdeña formaban parte de una isla. En condiciones de insularidad, los animales desarrollan adaptaciones particulares para minimizar el gasto energético, ya que el alimento suele ser un recurso limitado y no suele haber depredadores terrestres de los que huir. Estas adaptaciones, a menudo incluyen cambios en la forma de alimentarse y en la de desplazarse y, en el caso de Oreopithecus, la posibilidad de tomar alimentos con precisión la habría permitido ser más eficiente en la recolección y sobrevivir en un entorno con escasez de alimentos.
+ Info: Almécija, S., Shrewsbury, M., Rook, L. and Moyà-Solà, S. (2014), The morphology of Oreopithecus bambolii pollical distal phalanx. Am. J. Phys. Anthropol. doi: 10.1002/ajpa.22458
Oreopithecus bambolii es una especie de hominoideo que vivió hace entre 8.2 y 6.7 millones de años en la zona que actualmente forma parte de la Toscana y Cerdeña (Italia). El esqueleto más completo fue descubierto en 1958 en una mina de carbón y corresponde a un joven adulto macho de unos 30 kilos conocido con el apodo de "Sandrone". Aunque Oreopithecus es el hominoideo fósil europeo más bien conocido en cuanto al postcranial (las partes del esqueleto que no forman parte del cráneo), su clasificación ha sido siempre controvertida entre la comunidad científica. Aunque actualmente Oreopithecus es considerado un hominoideo, a mediados del siglo pasado, algunos autores lo situaron cercano a cercopitécidos (grupo que comprende los macacos o los babuinos, entre otros), o incluso fue considerado por algunos autores como un representante de los primeros homininos (el grupo que comprende los humanos y sus ancestros fósiles). La dificultad en su clasificación es debida a la compleja combinación de caracteres ancestrales, modernos y derivados que presentan sus restos.
La morfología de la mano de Oreopithecus —y particularmente la de su pulgar— ha sido objeto de gran controversia y muchas publicaciones científicas durante los últimos 25 años. En un artículo publicado este mes en American Journal of Physical Anthropology, el investigador del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP) Sergio Almécija, Marvin Shrewsbury (médico americano experto en anatomía de la mano), Salvador Moyà ( ICP) y Lorenzo Rook (Universidad de Florencia), comparan la morfología de la falange distal del pulgar de Oreopithecus con la de otras especies actuales y fósiles: la muestra comparativa de los análisis incluye humanos, diversas especies de monos, hominoideos actuales (gibones, orangutanes, gorilas y chimpancés), y fósiles como Proconsul o Pierolapithecus (la especie encontrada en Els Hostalets de Pierola y descrita por el espécimen conocido popularmente como Pau).
El estudio concluye que las proporciones de la falange distal del pulgar de Oreopithecus son parecidas en especies actuales aparentemente tan diferentes como gibones y gorilas, y también en especies fósiles como Orrorin (uno de los primeros miembros del linage humano) o Proconsul, lo que los investigadores han interpretado como una característica ancestral del grupo. Por otro lado, sin embargo, la falange de Oreopithecus presenta algunas características anatómicas que sólo se ha encontrado en humanos actuales y fósiles y que estudios previos han relacionado con la capacidad humana de coger objetos usando una pinza de precisión con las partes planas de las yemas de los dedos del pulgar y el índice, una habilidad que se conoce en inglés como pad-to-pad precision grip. Los investigadores del ICP, Salvador Moyà y Meike Köhler, junto con Lorenzo Rook ya habían apuntado anteriormente estas habilidades en la manipulación de Oreopithecus en un artículo publicado en 1999 en la revista PNAS.
La gran mayoría de primates no humanos son capaces de manipular objetos con cierto grado de precisión utilizando el pulgar y uno o más dedos, pero los humanos son los únicos que pueden sujetar objetos de forma delicada pero segura entre las yemas de los dedos del pulgar y otros dedos . Esto es posible porque nuestro pulgar es robusto y largo en relación al resto de dedos. En cambio, en los hominoideos actuales como los chimpancés, el pulgar es proporcionalmente mucho más corto que los otros dedos y sólo pueden coger los objetos sujetándolos entre las puntas o los lados de los dedos de una manera menos precisa. Entre otras características, la presencia en Oreopithecus de una inserción muscular para un flexor largo en la falange distal del pulgar como la que presentan los humanos, sugiere que el pulgar era largo en relación al resto de dedos y que usaba una pinza de precisión de tipo humano para manipular alimentos.
La capacidad de realizar esta pinza por parte de Oreopithecus se puede explicar por las características del ambiente donde vivió: hace 7 millones de años, la zona de la Toscana y Cerdeña formaban parte de una isla. En condiciones de insularidad, los animales desarrollan adaptaciones particulares para minimizar el gasto energético, ya que el alimento suele ser un recurso limitado y no suele haber depredadores terrestres de los que huir. Estas adaptaciones, a menudo incluyen cambios en la forma de alimentarse y en la de desplazarse y, en el caso de Oreopithecus, la posibilidad de tomar alimentos con precisión la habría permitido ser más eficiente en la recolección y sobrevivir en un entorno con escasez de alimentos.
+ Info: Almécija, S., Shrewsbury, M., Rook, L. and Moyà-Solà, S. (2014), The morphology of Oreopithecus bambolii pollical distal phalanx. Am. J. Phys. Anthropol. doi: 10.1002/ajpa.22458
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