Hubo un momento en la historia de la Tierra en que la vida estuvo casi
totalmente restringida a los ambientes marinos. Las tierras emergidas
eran inmensos desiertos en los que sólo sobrevivían unas pocas plantas
primitivas. Se trata de los momentos centrales de la Era Paleozoica,
literalmente “el tiempo de los animales antiguos”.
Durante ese
lapso, comprendido aproximadamente entre -430 y -360 millones de años
(Silúrico-Devónico), lo que hoy es la península Ibérica era un área
cubierta por un extenso mar, en los márgenes de un enorme continente,
Gondwana, que aglutinaba a todos los que hoy ocupan el hemisferio sur.
Esos sedimentos forman, hoy día, los cabezos y sierras de Santa Cruz de
Nogueras (Comarca del Jiloca, Teruel) y sus alrededores. Las rocas de
estas sierras de la cordillera Ibérica guardan un registro excepcional
de los animales marinos que vivieron entre el inicio del período
Ordovícico (hace 488 millones de años) y el final del período Devónico
(hace 360 millones de años).
Nuestros colegas Zarela Herrera y
Enrique Villa acaban de publicar una guía sobre estos fósiles. En esta
guía recogen una representación de los fósiles que aparecen con más
frecuencia en esas rocas, especialmente las de edad Devónico Inferior,
que fue el momento de máxima proliferación de la vida en nuestra zona.
Todo ello se ha articulado como una herramienta de aprendizaje para una
salida de campo, donde las ilustraciones permitirán al lector
identificar los principales grupos fósiles y percibir algunos de los
detalles que, de otro modo, escaparían al ojo humano. Al mismo tiempo,
el “amante de la paleontología” ya iniciado puede conocer un poco más
del significado y la importancia de los grupos a los que pertenecen. La
guía aspira a ser un complemento para el aficionado a la naturaleza que
visite esta privilegiada región de la Comarca del Jiloca y su Museo de
los Mares Paleozoicos, en Santa Cruz de Nogueras.
La guía se
puede adquirir tanto en el Museo de los Mares Paleozoicos como en la
Comarca del Jiloca y sus Puntos de Interés Turísticos.
El Museo de los Mares Paleozoicos, puede visitarse los:
Sábados: de 11 a14hs y de 17 a 19hs (horario de verano).
Domingos y festivos: de 11 a 14hs.
Lunes a viernes: con cita previa al correo electrónico museosantacruz@hotmail.es o al teléfono 605974582.
sábado, junio 01, 2013
Para excavar en un yacimiento mioceno en Francia
El Museo de Historia Natural de Toulouse, en colaboración con la asociación Planète Sciences, ofrece la oportunidad a futuros jóvenes paleontólogos y paleontólogas de participar en una excavación. Estas estancias, de una duración de 10 ó 20 días, están destinadas a adolescentes y estudiantes universitarios. Las estancias se desarrollarán en lengua francesa.
Las excavaciones tendrán lugar en el yacimiento paleontológico de Montréal-du-Gers (Francia). Este yacimiento mioceno (burdigaliense) esta catalogado como géosite -LIG- de relevancia internacional y esta gestionado por el Museo de Historia Natural de Toulouse. En este yacimiento se han encontrado restos de más de 90 especies de vertebrados, gasterópodos y paleopolen. Cuatro nuevas especies de mamíferos han sido descritas hasta el momento.
Más información en el Muséum d’histoire naturelle de Toulouse http://museumdetoulouse.tumblr.com/post/49764490902/jeune-paleontologue-action#comments
Las excavaciones tendrán lugar en el yacimiento paleontológico de Montréal-du-Gers (Francia). Este yacimiento mioceno (burdigaliense) esta catalogado como géosite -LIG- de relevancia internacional y esta gestionado por el Museo de Historia Natural de Toulouse. En este yacimiento se han encontrado restos de más de 90 especies de vertebrados, gasterópodos y paleopolen. Cuatro nuevas especies de mamíferos han sido descritas hasta el momento.
Más información en el Muséum d’histoire naturelle de Toulouse http://museumdetoulouse.tumblr.com/post/49764490902/jeune-paleontologue-action#comments
jueves, mayo 30, 2013
Una nueva ficha en la evolución temprana de las Aves
Durante muchos años, Archeopteryx ha sido el único fósil de ave
conocido en el Jurásico. Tradicionalmente se le considera como el ave
más primitiva. Los últimos descubrimientos en el Jurásico Medio y
Superior de China nos esta empezando a dar un poco de luz sobre la
evolución de las primeras aves. Se conocen bien en el Cretácico
Inferior, pero en ese intervalo temporal ya están muy diversificadas lo
que indica un origen jurásico. Precisamente la reciente descripción de Aurornis nos da una pieza más en este puzzle evolutivo.
Acaba de publicarse en la prestigiosa revista Nature un nuevo dinosaurio terópodo con plumas que se ha llamado Aurornis xui. Para sus autores se trata de una verdadera ave, aunque su posición filogenética en la base de las aves resulta inestable y podría ser también un terópodo muy cercano. Esta indefinición puede resultar chocante para los aficionados, pero resulta habitual en las formas que están cercanas al origen de los grandes grupos. Los límites entre los grandes grupos puede resultar complicado, teniendo en cuenta la escasez de información. Solo por centrar el tema. Un gran terópodo y un gorrión tienen poco que ver morfológicamente poco parecido, sin embargo al ir descubriendo los ancestros de estos dos taxones cada vez nos encontramos formas más cercanas y más difíciles de poner los límites.
El holotipo de Aurornis xui proviene de unos niveles jurásicos de hace unos 150 millones de años. Es un animal que medía medio metro de longitud, tenía pequeños y afilados dientes y largas extremidades con las que podía desplazarse por los arboles. También tenía una larga cola. El ejemplar se descubrió de manera accidental por un agricultor en la provincia de Liaoning, quedando depositados en el museo de Yizhou. Revisando sus colecciones el paleontólogo belga Pascal Godefroit, del Real Instituto Belga de Ciencias Naturales de Bruselas reconoció la importancia de este ejemplar. Para él representa el ave más primitiva.
Los huesos de la cadera de Aurornis lo relaciona con las aves modernas. Presenta pequeños dientes, muy afilados. Sus miembros son largos y adaptados al movimiento terrestre. Presenta plumas, pero están mal conservadas. No hay claras evidencias que pudiera volar. Todos los caracteres morfológicos han sido analizados con un programa de ordenador que indica que Aurornis era más primitivo que el famoso Archeopteryx, considerada como el ave (Aviale) más primitiva.
Otros colegas como Luis Chiappe, uno de los grandes expertos en Aves del Mesozoico y director del Instituto de Dinosaurios del Museo de Historia Natural de Los Angeles en California opina que no sería una verdadera Ave, muy cerca… pero aún no sería un pájaro. Pero lo que es indudable es que se trata de un taxón muy interesante, al aportar información cercana al comienzo de la historia evolutiva de las Aves.
Acaba de publicarse en la prestigiosa revista Nature un nuevo dinosaurio terópodo con plumas que se ha llamado Aurornis xui. Para sus autores se trata de una verdadera ave, aunque su posición filogenética en la base de las aves resulta inestable y podría ser también un terópodo muy cercano. Esta indefinición puede resultar chocante para los aficionados, pero resulta habitual en las formas que están cercanas al origen de los grandes grupos. Los límites entre los grandes grupos puede resultar complicado, teniendo en cuenta la escasez de información. Solo por centrar el tema. Un gran terópodo y un gorrión tienen poco que ver morfológicamente poco parecido, sin embargo al ir descubriendo los ancestros de estos dos taxones cada vez nos encontramos formas más cercanas y más difíciles de poner los límites.
El holotipo de Aurornis xui proviene de unos niveles jurásicos de hace unos 150 millones de años. Es un animal que medía medio metro de longitud, tenía pequeños y afilados dientes y largas extremidades con las que podía desplazarse por los arboles. También tenía una larga cola. El ejemplar se descubrió de manera accidental por un agricultor en la provincia de Liaoning, quedando depositados en el museo de Yizhou. Revisando sus colecciones el paleontólogo belga Pascal Godefroit, del Real Instituto Belga de Ciencias Naturales de Bruselas reconoció la importancia de este ejemplar. Para él representa el ave más primitiva.
Los huesos de la cadera de Aurornis lo relaciona con las aves modernas. Presenta pequeños dientes, muy afilados. Sus miembros son largos y adaptados al movimiento terrestre. Presenta plumas, pero están mal conservadas. No hay claras evidencias que pudiera volar. Todos los caracteres morfológicos han sido analizados con un programa de ordenador que indica que Aurornis era más primitivo que el famoso Archeopteryx, considerada como el ave (Aviale) más primitiva.
Otros colegas como Luis Chiappe, uno de los grandes expertos en Aves del Mesozoico y director del Instituto de Dinosaurios del Museo de Historia Natural de Los Angeles en California opina que no sería una verdadera Ave, muy cerca… pero aún no sería un pájaro. Pero lo que es indudable es que se trata de un taxón muy interesante, al aportar información cercana al comienzo de la historia evolutiva de las Aves.
martes, mayo 28, 2013
Puesto de Conservador en la University of New Brunswick
The Department of Earth Sciences at the University of New Brunswick invites
applications for a tenure-track Instructor/Curator position to begin January
1, 2014.
The successful applicant will have a minimum of a Masters degree in the
Earth Sciences and a record of, or potential for, excellence in teaching.
Experience in teaching first and second year geoscience courses would be an
asset. The applicant will also be responsible for the operation of the
Quartermain Earth Sciences Centre museum and the curating of the museum and departmental collections. Experience with museum curating and display
development would be an asset.
Applicants should submit a cover letter, full curriculum vitae, and a
statement of teaching experience and philosophy. Applicants should arrange
to have letters of reference submitted by three or more referees familiar
with their teaching experience or potential.
Applications may be sent by regular mail or email to:
Dr. Cliff Shaw, Chair. Department of Earth Sciences. University of New Brunswick 2 Bailey Drive. Fredericton, NB. Canada, E3B 5A3
Email: lodge@unb.ca
Fax: 506-453-5055
applications for a tenure-track Instructor/Curator position to begin January
1, 2014.
The successful applicant will have a minimum of a Masters degree in the
Earth Sciences and a record of, or potential for, excellence in teaching.
Experience in teaching first and second year geoscience courses would be an
asset. The applicant will also be responsible for the operation of the
Quartermain Earth Sciences Centre museum and the curating of the museum and departmental collections. Experience with museum curating and display
development would be an asset.
Applicants should submit a cover letter, full curriculum vitae, and a
statement of teaching experience and philosophy. Applicants should arrange
to have letters of reference submitted by three or more referees familiar
with their teaching experience or potential.
Applications may be sent by regular mail or email to:
Dr. Cliff Shaw, Chair. Department of Earth Sciences. University of New Brunswick 2 Bailey Drive. Fredericton, NB. Canada, E3B 5A3
Email: lodge@unb.ca
Fax: 506-453-5055
lunes, mayo 27, 2013
Reconstruyendo el mundo de los dinosaurios
conCiencias
es una revista de divulgación científica que edita la Facultad de
Ciencias de la Universidad de Zaragoza. Sus contenidos son libres y
tratan sobre todos los aspectos de la ciencia. Los aragosaureros
acabamos de publicar un artículo titulado “Reconstruyendo el mundo de
los dinosaurios” en donde se hace un repaso de nuestras últimas
publicaciones. El artículo se puede descargar al final de la noticia.
Para animáros a leerlo os ponemos algunos de los párrafos.
Maledictosuchus se conoce exclusivamente por el ejemplar de Ricla y se trata de un cráneo prácticamente completo, con una conservación excelente. Pertenece a los metriorrínquidos, un grupo de crocodilomorfos marinos (por simplificar los vamos a llamar cocodrilos) que se extinguieron en el Cretácico Inferior, hace unos 130 Ma. Actualmente no existe ningún cocodrilo totalmente ligado a la vida acuática. Los metriorrínquidos han sido los cocodrilos mejor adaptados al medio marino a lo largo de su historia evolutiva. En la magnífica reconstrucción realizada por José Manuel Gasca se puede ver cómo sería este animal en vida. Presentaba adaptaciones al medio acuático como las aletas, la cola larga y bilobulada parecida a la de los tiburones, un cuerpo hidrodinámico que facilitaba la natación y ausencia de la armadura dérmica característica de los cocodrilos terrestres.
En el año 1997 describimos en Las Cerradicas uno de los rastros de dinosaurio ornitópodo cuadrúpedo más antiguos del registro fósil. Tradicionalmente se ha considerado que estos dinosaurios andaban de manera bípeda, sin embargo yacimientos como el de Las Cerradicas demuestran que los ornitópodos también se desplazaban de manera cuadrúpeda, al presentar marcas de pies tridáctilos y de las manos. El resto de rastros de dinosaurios tridáctilos de Las Cerradicas eran aparentemente bípedos. En un trabajo recién publicado hemos realizado un estudio estratigráfico detallado de cada uno de los niveles del yacimiento, y además hemos utilizado nuevas técnicas de escáner (LiDAR) y fotogrametría. Se ha realizado en colaboración con el Institut Català de Paleontologia (ICP). Estas modernas metodologías han permitido cuantificar la diferencia de profundidad a la que llegaban las manos y los pies del mismo individuo. De estos nuevos datos se desprende que en Las Cerradicas hay un sesgo en la conservación de las manos de los rastros aparentemente bípedos, los cuales en realidad están conservados en niveles inferiores (subhuellas) a la superficie en la cual pisaron los dinosaurios. Dicho de otra manera el que haya rastros bípedos (sin marcas de las manos) era una cuestión de preservación, pero inicialmente todos debían ser cuadrúpedos.
Los pequeños vertebrados acompañaron a los gigantes dinosaurios desde que aparecieron en el Triásico. Su pequeño tamaño hace que sean difíciles de encontrar si no se usan técnicas de extracción adecuadas. Desde el comienzo de nuestras investigaciones en el Mesozoico usamos la técnica del levigado(o lavado-tamizado) para recuperar dientes aislados de mamíferos y de otros vertebrados de pequeño tamaño. Son pequeñas maravillas paleontológicas al ilustrarnos la historia de los mamíferos a la sombra de los dinosaurios. En sedimentos del Cretácico Inferior de Galve hemos descrito dos nuevas especies que nos ilustran sobre la enorme y desconocida diversidad de los mamíferos. En un trabajo se analiza la rica diversidad de los mamíferos herbívoros del Mesozoico que son los multituberculados, llamados así por la gran cantidad de cúspides de sus molares. En este trabajo se definió un nuevo taxón Iberica hahni, dedicado a dos especialistas alemanes en estos pequeños mamíferos. En otro trabajo se revisa un género muy popular en los libros de divulgación de dinosaurios, Crusafontia, que se encontró hace cuatro décadas en Uña (Cuenca) y ahora se ha podido definir una nueva especie, Crusafontia amoae, en Galve. Crusafontia pertenece a un grupo de mamíferos que probablemente se alimentarían de insectos y otras presas pequeñas y tendrían un patrón dental tan eficaz como el de los mamíferos modernos pero con una disposición invertida de las cúspides de sus molares.
Hemos avanzado en descubrir los mecanismos de formación de la cáscara de huevo de los dinosaurios, identificando la existencia de diferentes estrategias de incubación. Hemos analizado las relaciones entre estos cristales reconstruyendo los procesos que condujeron a la formación de la cáscara. Los especímenes elegidos para esta investigación son cáscaras de Prismatoolithidae proveniente del yacimiento turolense de La Cantalera (Josa, Cretácico Inferior), una oofamilia relacionada con los dinosaurios terópodos, y un fragmento de cáscara de huevo de un hadrosaurio (cf. Maiasaura) del Cretácico Superior de Norteamérica. Se han seleccionado estas cáscaras por tratarse de dos grupos muy separados ecológica y evolutivamente dentro de los dinosaurios. Los terópodos agrupan a los dinosaurios carnívoros, entre los cuales se encuentran los gigantescos Tyrannosaurus y los pequeños emplumados Velociraptor. Los hadrosaurios son dinosaurios comedores de plantas que alcanzaron tamaños considerables. Se les conoce popularmente como “pico de pato” por la expansión que tiene la parte anterior de su cráneo.
Aunque los restos fósiles de “cocodrilos” son relativamente abundantes en los yacimientos, resulta difícil encontrar ejemplares adecuados para su estudio en profundidad. A finales de la década de 2000 encontramos dos cráneos completos en el Maastrichtiense (Cretácico Superior) del Pirineo oscense. Provienen de rocas de hace 66-65 Ma. Estos fósiles forman parte del material de estudio de la tesis doctoral de Eduardo Puértolas. Se trata de un descubrimiento excepcional, al ser los únicos que se encuentran en nuestro país en sedimentos de una antigüedad cercana a la extinción de los dinosaurios. Como cabía esperar se trataba de dos nuevos taxones, uno de ellos lo hemos descrito con el nombre de Arenysuchus. Tuvo una gran transcendencia en prensa al representar una especie que nos informa sobre los primeros pasos en la evolución de los cocodrilos modernos. En este artículo nos vamos a referir al segundo cráneo, recientemente publicado con el nombre de Allodaposuchus subjuniperus, nombre que viene del griego y el latín y significa “cocodrilo extranjero bajo la sabina”.
Y mucho más…. aquí
Maledictosuchus se conoce exclusivamente por el ejemplar de Ricla y se trata de un cráneo prácticamente completo, con una conservación excelente. Pertenece a los metriorrínquidos, un grupo de crocodilomorfos marinos (por simplificar los vamos a llamar cocodrilos) que se extinguieron en el Cretácico Inferior, hace unos 130 Ma. Actualmente no existe ningún cocodrilo totalmente ligado a la vida acuática. Los metriorrínquidos han sido los cocodrilos mejor adaptados al medio marino a lo largo de su historia evolutiva. En la magnífica reconstrucción realizada por José Manuel Gasca se puede ver cómo sería este animal en vida. Presentaba adaptaciones al medio acuático como las aletas, la cola larga y bilobulada parecida a la de los tiburones, un cuerpo hidrodinámico que facilitaba la natación y ausencia de la armadura dérmica característica de los cocodrilos terrestres.
En el año 1997 describimos en Las Cerradicas uno de los rastros de dinosaurio ornitópodo cuadrúpedo más antiguos del registro fósil. Tradicionalmente se ha considerado que estos dinosaurios andaban de manera bípeda, sin embargo yacimientos como el de Las Cerradicas demuestran que los ornitópodos también se desplazaban de manera cuadrúpeda, al presentar marcas de pies tridáctilos y de las manos. El resto de rastros de dinosaurios tridáctilos de Las Cerradicas eran aparentemente bípedos. En un trabajo recién publicado hemos realizado un estudio estratigráfico detallado de cada uno de los niveles del yacimiento, y además hemos utilizado nuevas técnicas de escáner (LiDAR) y fotogrametría. Se ha realizado en colaboración con el Institut Català de Paleontologia (ICP). Estas modernas metodologías han permitido cuantificar la diferencia de profundidad a la que llegaban las manos y los pies del mismo individuo. De estos nuevos datos se desprende que en Las Cerradicas hay un sesgo en la conservación de las manos de los rastros aparentemente bípedos, los cuales en realidad están conservados en niveles inferiores (subhuellas) a la superficie en la cual pisaron los dinosaurios. Dicho de otra manera el que haya rastros bípedos (sin marcas de las manos) era una cuestión de preservación, pero inicialmente todos debían ser cuadrúpedos.
Los pequeños vertebrados acompañaron a los gigantes dinosaurios desde que aparecieron en el Triásico. Su pequeño tamaño hace que sean difíciles de encontrar si no se usan técnicas de extracción adecuadas. Desde el comienzo de nuestras investigaciones en el Mesozoico usamos la técnica del levigado(o lavado-tamizado) para recuperar dientes aislados de mamíferos y de otros vertebrados de pequeño tamaño. Son pequeñas maravillas paleontológicas al ilustrarnos la historia de los mamíferos a la sombra de los dinosaurios. En sedimentos del Cretácico Inferior de Galve hemos descrito dos nuevas especies que nos ilustran sobre la enorme y desconocida diversidad de los mamíferos. En un trabajo se analiza la rica diversidad de los mamíferos herbívoros del Mesozoico que son los multituberculados, llamados así por la gran cantidad de cúspides de sus molares. En este trabajo se definió un nuevo taxón Iberica hahni, dedicado a dos especialistas alemanes en estos pequeños mamíferos. En otro trabajo se revisa un género muy popular en los libros de divulgación de dinosaurios, Crusafontia, que se encontró hace cuatro décadas en Uña (Cuenca) y ahora se ha podido definir una nueva especie, Crusafontia amoae, en Galve. Crusafontia pertenece a un grupo de mamíferos que probablemente se alimentarían de insectos y otras presas pequeñas y tendrían un patrón dental tan eficaz como el de los mamíferos modernos pero con una disposición invertida de las cúspides de sus molares.
Hemos avanzado en descubrir los mecanismos de formación de la cáscara de huevo de los dinosaurios, identificando la existencia de diferentes estrategias de incubación. Hemos analizado las relaciones entre estos cristales reconstruyendo los procesos que condujeron a la formación de la cáscara. Los especímenes elegidos para esta investigación son cáscaras de Prismatoolithidae proveniente del yacimiento turolense de La Cantalera (Josa, Cretácico Inferior), una oofamilia relacionada con los dinosaurios terópodos, y un fragmento de cáscara de huevo de un hadrosaurio (cf. Maiasaura) del Cretácico Superior de Norteamérica. Se han seleccionado estas cáscaras por tratarse de dos grupos muy separados ecológica y evolutivamente dentro de los dinosaurios. Los terópodos agrupan a los dinosaurios carnívoros, entre los cuales se encuentran los gigantescos Tyrannosaurus y los pequeños emplumados Velociraptor. Los hadrosaurios son dinosaurios comedores de plantas que alcanzaron tamaños considerables. Se les conoce popularmente como “pico de pato” por la expansión que tiene la parte anterior de su cráneo.
Aunque los restos fósiles de “cocodrilos” son relativamente abundantes en los yacimientos, resulta difícil encontrar ejemplares adecuados para su estudio en profundidad. A finales de la década de 2000 encontramos dos cráneos completos en el Maastrichtiense (Cretácico Superior) del Pirineo oscense. Provienen de rocas de hace 66-65 Ma. Estos fósiles forman parte del material de estudio de la tesis doctoral de Eduardo Puértolas. Se trata de un descubrimiento excepcional, al ser los únicos que se encuentran en nuestro país en sedimentos de una antigüedad cercana a la extinción de los dinosaurios. Como cabía esperar se trataba de dos nuevos taxones, uno de ellos lo hemos descrito con el nombre de Arenysuchus. Tuvo una gran transcendencia en prensa al representar una especie que nos informa sobre los primeros pasos en la evolución de los cocodrilos modernos. En este artículo nos vamos a referir al segundo cráneo, recientemente publicado con el nombre de Allodaposuchus subjuniperus, nombre que viene del griego y el latín y significa “cocodrilo extranjero bajo la sabina”.
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