El enrollamiento en trilobites es un comportamiento que ha fascinado a los paleontólogos ya desde la época en la que Barrande encontró y describió los primeros ejemplares enrollados en Bohemia. Enrollarse servía básicamente a los trilobites para proteger las partes blandas de la cara ventral de su cuerpo, así enrollados sólo dejaban el caparazón, que es duro, al exterior.
Tal comportamiento estaba bien conocido entre los representantes más modernos de estos artrópodos y se pensaba que se trataba de un comportamiento que había aparecido sólo en especies más modernas, mientras que las más antiguas eras poco más o menos que torpes animales que andaban como podían por los mares del paleozoico inferior. Sin embargo durante los últimos años se ha ido viendo que en realidad los trilobites más antiguos ya era capaces de adoptar esta postura con el objeto de protegerse de depredadores o bien de las inclemencias ambientales.
Javier Ortega (Universidad de Cambridge) junto con nuestro antiguo compañero Jorge Esteve (Nanjing Institute of Geology and Palaeontology) y Nick Butterfield (Universidad de Cambridge) han publicado en la revista británica Biology Letters el hallazgo más antiguo de un trilobites enrollado. Los ejemplares descritos en este trabajo fueron descubiertos en el Jasper National Park en Alberta (Canadá). Los trilobites fueron animales marinos (artrópodos) que aparecieron hace unos 520 millos de años, pero estos fósiles presentados por Ortega y sus colaboradores tienen una edad de 510 millones de años (Cámbrico inferior) lo que indica que el enrollamiento tubo una aparición muy temprana en la evolución de este grupo fósil, al contrario de lo que se había pensado hasta ahora. El estudio de estos ejemplares ha permitido comprobar como fueron los primeros pasos en el enrollamiento y aunque poseían un enrollamiento completo no era totalmente encapsulado, es decir aunque la parte posterior del cuerpo tocaba la parte anterior formado una especie de esfera, existen huecos que no protegen las partes blandas del animal.
Ahora nos podemos preguntar, por qué no se había encontrado antes trilobites enrollados tan antiguos. Bueno el hecho es que se necesitan unas condiciones de fosilización extraordinarias, principalmente un enterramiento muy rápido para enterrar al trilobites enrollado y que llegue así hasta nuestros días.
Estos animales carecían de ninguna estructura que los mantuviera herméticamente enrollados por lo que al morir y ser enterrados era fácil romper la configuración enrollada. Sin embargo los trilobites más jóvenes ya desarrollaron mejores estructuras que facilitaban la conservación enrollada u por eso son más comunes en el registro fósil. Por tanto, vemos que este comportamiento aunque tuvo unos orígenes humildes fue de vital importancia para la evolución de este grupo que pervivieron durante más de 250 millones de años.
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Pie de figura: Ejemplar de Mummaspis muralensis enrollado, siendo el más antiguo del registro fósil