miércoles, marzo 11, 2020

El ADN, Microtus arvalis y el cambio climático

Los aragosaureros Gloria Cuenca-Bescós, Juan Manuel López-García y Sandra Bañuls-Cardona han participado en un importante trabajo sobre el ADN de Microtus arvalis y el cambio climático en Europa. 
El ADN y el trabajo de muchos investigadores ha permitido analizar la respuesta del topillo común (Microtus arvalis) a los cambios climáticos del glaciar tardío y del holoceno temprano. Han sido 23 los autores que han contribuido para que Mateusz Baca, el líder polaco del proyecto pudiera por fin enviarnos la tan esperada noticia de “su artículo ya está online” Hacía varios años su mentor, Adam Nadachowski, nos había comentado la posibilidad de hacer un estudio del ADN de uno de los roedores más comunes en los yacimientos del Pleistoceno superior de Europa, y también en la actualidad. Estamos hablando del topillo campesino, Microtus arvalis.

¿Por qué publicar algo sobre este pequeño animal?

Al hombre le preocupa, como nunca antes, la evolución del clima en el mundo actual. El cambio climático puede generar eventos catastróficos y también extinciones globales, locales y reorganización de los ecosistemas marinos y terrestres. Conocer cuál es el impacto de los cambios climáticos abruptos, como el actual, es una práctica habitual en paleontología pues nos interesa conocer los cambios climáticos y paleoambientales en el pasado. Esto nos permite tener una visión a una escala mayor y desde una perspectiva que supera la mera observación del presente. Así que en este trabajo hemos usado el ADN antiguo para investigar el impacto de los cambios climáticos en el topillo campesino.

El escenario climático

El actual topillo campesino es una pequeño animal que vive en la Europa templada y algunas regiones de Asia occidental. Es estrictamente herbívoro y puede ser una plaga en los cultivos de regadío. Su principal característica observada en el estudio que estamos comentando es su adaptación a condiciones frías, ya que sobrevivió a los cambios climáticos de la última glaciación, o glaciar tardío, que abreviaremos con las letras LGM por las siglas de “Last Glacial Maximum” en inglés o último máximo glaciar en español. El LGM duró unos 15.000 años, desde los 30.000 hasta los 15.000. Para hacernos una idea del frío que debió hacer en las épocas más frías estamos hablando de cerca de 10 grados menos de temperatura en la Europa mediterránea. El paisaje sería de tundra en la mayor parte del interior peninsular, y se habla de gran aridez. Importante, también sobrevivió a los abruptos cambios climáticos que se sucedieron después del LGM.

La respuesta del topillo campesino

El análisis del ADN de más de 300 ejemplares fósiles obtenidos en 36 yacimientos paleontológicos y arqueológicos muestra que en España las poblaciones de Microtus arvalis se mantuvieron relativamente estables, mientras que en latitudes medias y altas de Europa hubo extinciones locales. Algo muy interesante ha sido saber que la fauna de las Islas Britanicas ha tenido también topillo campesino en algunos momentos del Pleistoceno. El posible escenario que explica su presencia en las Islas Británicas puede ser que el topillo campesino se haya expandido a Gran Bretaña durante el calentamiento tardío y luego el enfriamiento de Younger Dryas o la reforestación del Holoceno causó por su extinción local. La desaparición de la conexión entre las Islas Británicas y la Europa continental durante el Holoceno temprano puede haber impedido la posterior recolonización de la especie. Esto es interesante cuando se trata de catalogar especies invasoras en una región. Es posible que su extinción sea sólo local y temporal.

En España, la distribución de la diversidad genética en el tempo sugiere la continuidad de la población. No hubo extinciones locales. La vegetación esteparia, también continua, proporcionaba el hábitat favorito de Microtus arvalis. Sin embargo, en los últimos cuatro mil años se reconoce una presión creciente de los humanos sobre el paisaje como muestran el estudio del polen y de los micromamíferos. Las actividades humanas, que implicaban la deforestación mediante la quema, el pastoreo y el arado, eran muy desiguales espacial y temporalmente, pero claramente visibles en los registros palinológicos de la Edad del Calcolítico y del Bronce.

Otro aspecto interesante del estudio es el conocimiento biológico del topillo campesino y del topillo agreste, Microtus agrestis, una especie simpátrica y morfológicamente semejante. Las historias demográficas de ambos topillos se comparan con frecuencia. Estas especies, simpáticas dentro de la mayoría de sus rangos, difieren ligeramente en sus preferencias de hábitat. Los topillos campesinos generalmente prefieren ubicaciones más secas que las de los topillos agrestes, que prefieren condiciones más húmedas. Se ha planteado que esta diferencia en las preferencias del hábitat permitió que las poblaciones de topillos campesinos soportaran episodios fríos y secos, mientras que los topillos agrestes sufrieron reducciones drásticas de la población.

El articulo se puede descargar en:
Baca et al., 2020. Diverse responses of common vole (Microtus arvalis) populations to Late Glacial and Early Holocene climate changes – Evidence from ancient DNA. Quaternary Science Rewiews
https://www.sciencedirect.com/…/artic…/pii/S0277379119303889