Investigadores norteamericanos y chinos acaban de publicar en la revista
Nature un nuevo mammaliaforme del Jurásico que han denominado con el
nombre de Megaconus. Los Mammaliaformes incluye a los mamíferos y a sus formas cercanas. Megaconus
no es un verdadero mamífero pero tiene caracteres como el pelo que
durante mucho tiempo se pensaba que era exclusiva de los mamíferos
verdaderos y como demuestra este descubrimiento se encontraba en sus
ancestros más cercanos.
El holotipo de Megaconus se
trata de un fósil de conservación excepcional encontrado en el Jurásico.
En la fotografía se puede ver el ejemplar que se encuentra aplastado,
pero se pueden identificar muchos de los huesos y sobre todo el pelo.
Para los investigadores este fósil demuestra que muchas de las funciones
biológicas de los mamíferos modernos relacionados con la piel habían
sido adquiridas antes de la evolución de los verdaderos mamíferos. El
holotipo conserva restos de pelaje por todo el ejemplar, excepto en el
abdomen, donde están más dispersos. Esto hace proponer que tenían el
abdomen desnudo. En el talón poseía un largo espolón de queratina,
posiblemente venenoso. Estructuras así la presentan los ornitorrincos
machos, por lo que se propone que el holotipo de Megaconus era un macho. Aquí tenemos que recordar que los aragosaureros describimos hace unos años una musaraña venenosa en el Pleistoceno de Atapuerca.
El
tamaño sería similar al de una ardilla de tierra actual. También
tenemos información sobre su alimentación obtenida a partir del estudio
de su mandíbula y sus dientes. Poseía una clara articulación mandibular.
Sus dientes poseen altas coronas y raíces fusionadas similar a
mamíferos actuales como los roedores, pero sin ninguna relación
filogenética con ellos. Sus dientes son morfológicamente convergentes
con los de los mamíferos placentados modernos. Los molares son de un
animal omnívoro, capaz de comer plantas, pero también invertebrados,
como insectos, gusanos, e incluso pequeños vertebrados. El estudio
biomecánico del miembro trasero y de las uñas dedos ha permitido a
nuestros colegas proponer que caminaba de manera similar a los
armadillos modernos. Esta posibilidad nunca había sido propuesta para
los mammaliaformes distintos de Mammalia.
Hasta ahora hemos ido
desgranando caracteres que comparten con los mamíferos modernos, pero
también poseen caracteres primitivos que los separa. Tiene un oído medio
primitivo, que aún está unido a la mandíbula como en los reptiles. El
oído medio es una de las partes más importantes en la evolución de los
mamíferos. Las articulaciones de los tobillo y de la columna vertebral
es más similar a la de los “reptiles mamiferoides” que a la de los
verdaderos mamíferos. Con toda esta información se puede afirmar que
muchas de las adaptaciones que nos hacen mamíferos se adquirieron ya en
el Jurásico temprano por diferentes linajes, muchos de ellos que se
fueron extinguiendo a lo largo del resto del Mesozoico. Sin duda un
fósil fascinante.