Restos fósiles de un Ictiosaurio juvenil, el caparazón de una tortuga marina, y al menos de una decena de reptiles prehistóricos de unos 145 millones de años, fueron hallados recientemente en el departamento mendocino de Malargüe, ubicado al sur de Mendoza. Según explicó el paleontólogo malarguino Angel Praderio, se trata de restos marinos que "se encuentran en perfecto estado de conservación, dado que estaban alojados en medio de un gran roca de caliza". El nuevo sitio paleontológico apareció el pasado fin de semana en la localidad de El Manzano, ubicada a unos 86 kilómetros de Malargüe, casi al límite con la provincia de Neuquén en una zona caracterizada por tener grandes yacimientos arqueológicos y paleontológicos.
"Encontramos el lugar gracias al comentario de un criadero de la zona, que dijo haber visto fósiles en el predio de su campo que le habían llamado mucho la atención", señaló el investigador. Según explicó, en una primer visita de un par de horas y en una caminata de tan solo un kilómetro cuadrado de extensión, "encontré a simple vista una tortuga marina, un Ictiosario juvenil, y restos de otros diez reptiles marinos del período Jurásico Superior, o sea de una antigüedad de 145 millones de años". "Estos organismos ya extintos se asemejaban mucho a lo que hoy son los delfines y pudieron haber tenido unos 80 centímetros de longitud", comentó el profesional. Asimismo, señaló que el ictiosaurio "tenía largos y puntiagudos hocicos, cuerpos aerodinámicos, dientes cónicos, grandes ojos, se impulsaban por el agua por medio de su cola vertical, y tenían aletas que consistían en huesos de los dedos fusionados".
El otro ejemplar descubierto corresponde a una tortuga que, por la geometría de sus placas y el diseño de su caparazón, "corresponde a un organismo bastante primitivo", añadió. Si bien hasta ahora, solo se pudo recoger el caparazón, el cráneo del ictiosaurio, y algunas piezas vertebradas y partes del miembros anterior (cintura escapular) de otro bicho marino, el científico planea extraer la totalidad de los fósiles "cuando lo permita el clima". Desde Malargue, Praderio explicó que hace unos 205 millones de años aproximadamente, en el Periodo Jurásico, "la cordillera de Los Andes aún no se había levantado, permitiendo de esta forma que el primitivo Océano Pacífico invadiese las tierras bajas hacia el este inundando todo a su paso". "Estos pulsos de ingresión marina están perfectamente documentados y estudiados a lo largo de toda la Cordillera Principal. De esta forma, lo que hoy son las provincias de Neuquén y Mendoza, eran inundadas por esa extensa lengua marina formando un gigantesco golfo llamado actualmente el Engolfamiento Neuquino o la Cuenca Neuquina, hoy una gran cuenca petrolera", explicó. En este ambiente se desarrollaba uno de los más variados ecosistemas, conviviendo un gran número de invertebrados marinos (amonites, bivalvos, braquiópodos, equinodermos, y otros), tiburones, peces y una gran variedad de reptiles marinos como por ejemplo los ictiosaurios, los plesiosaurios, o las tortugas.
Los ictiosaurios desaparecieron hace 93 millones de años, varios millones de años antes que otros exitosos reptiles marinos como por ejemplo los plesiosaurios Todos los restos fósiles serán preparados en el Laboratorio Departamental de Paleontología de Vertebrados, a cargo del licenciado Angel Praderio, responsable del área de Paleontología del Museo Regional Malargüe.
Información de La Nación http://www.lanacion.com.ar/cienciasalud/nota.asp?nota_id=818673t
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