El Correo publica hoy 21 de Diciembre una carta con la opinión de Xabier Pereda, Penélope Cruzado y José Ignacio Ruiz Omeñaca en respuesta a la desafortunada carta de Óscar Terol en ese mismo periódico y que ha sido muy contestado en los blogs de Paleontología. Os adjuntamos el texto del El Correo, pero también estaría bien entrar en la web del periódico para expresar la opinión.
En un artículo titulado 'Morro' aparecido el 8 de diciembre en EL CORREO y otros diarios del Grupo Vocento, Óscar Terol hace alusión de manera peyorativa a la publicación de una nueva especie de dinosaurio y se permite descalificar a los paleontólogos. Los abajo firmantes, autores de la nueva especie de hadrosaurio Blasisaurus canudoi, recientemente publicada a partir de material fósil descubierto en Arén (Huesca), nos hemos sentido aludidos y consideramos que los comentarios de Terol están hechos desde el desconocimiento y pueden dañar la imagen que tiene el público de nuestra disciplina.
La Paleontología reúne a un amplio colectivo de personas dedicadas al estudio científico de la evolución biosférica a través del registro fósil. Tiene aplicación en numerosos campos, entre ellos el análisis de los cambios de biodiversidad a lo largo del tiempo geológico, e incide en la importancia que tiene abordar la perspectiva histórica en el estudio de los sistemas vivos. La descripción de nuevas especies de dinosaurios y de otros organismos del pasado también forma parte de las actividades realizadas por los paleontólogos. Se trata de un largo proceso que puede durar años y que consta de varias fases, primero en el campo (prospección, excavaciones, lavado y tamizado del sedimento) y, más tarde, en el laboratorio (triado del concentrado, restauración y siglado del material) y el gabinete (descripción y comparación de los fósiles, incluyendo fotografías, medidas, etcétera). Este trabajo se completa con la visita de colecciones de referencia en museos y culmina con la redacción de un artículo para dar a conocer los resultados; el manuscrito es revisado por otros especialistas antes de ser publicado (o rechazado si no reúne los requisitos de calidad). La última etapa es la difusión pública de los resultados de nuestra investigación a través de los medios de comunicación. En resumen, nuestro trabajo nada tiene que ver con la caricatura frívola que se ha hecho del mismo.
Fomentar la ciencia y el espíritu crítico es labor de todos, no solamente de los científicos y universitarios sino también de otros componentes de la sociedad, incluyendo los periodistas y, por qué no, la gente del espectáculo.
En un artículo titulado 'Morro' aparecido el 8 de diciembre en EL CORREO y otros diarios del Grupo Vocento, Óscar Terol hace alusión de manera peyorativa a la publicación de una nueva especie de dinosaurio y se permite descalificar a los paleontólogos. Los abajo firmantes, autores de la nueva especie de hadrosaurio Blasisaurus canudoi, recientemente publicada a partir de material fósil descubierto en Arén (Huesca), nos hemos sentido aludidos y consideramos que los comentarios de Terol están hechos desde el desconocimiento y pueden dañar la imagen que tiene el público de nuestra disciplina.
La Paleontología reúne a un amplio colectivo de personas dedicadas al estudio científico de la evolución biosférica a través del registro fósil. Tiene aplicación en numerosos campos, entre ellos el análisis de los cambios de biodiversidad a lo largo del tiempo geológico, e incide en la importancia que tiene abordar la perspectiva histórica en el estudio de los sistemas vivos. La descripción de nuevas especies de dinosaurios y de otros organismos del pasado también forma parte de las actividades realizadas por los paleontólogos. Se trata de un largo proceso que puede durar años y que consta de varias fases, primero en el campo (prospección, excavaciones, lavado y tamizado del sedimento) y, más tarde, en el laboratorio (triado del concentrado, restauración y siglado del material) y el gabinete (descripción y comparación de los fósiles, incluyendo fotografías, medidas, etcétera). Este trabajo se completa con la visita de colecciones de referencia en museos y culmina con la redacción de un artículo para dar a conocer los resultados; el manuscrito es revisado por otros especialistas antes de ser publicado (o rechazado si no reúne los requisitos de calidad). La última etapa es la difusión pública de los resultados de nuestra investigación a través de los medios de comunicación. En resumen, nuestro trabajo nada tiene que ver con la caricatura frívola que se ha hecho del mismo.
Fomentar la ciencia y el espíritu crítico es labor de todos, no solamente de los científicos y universitarios sino también de otros componentes de la sociedad, incluyendo los periodistas y, por qué no, la gente del espectáculo.
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