Haciendo un repaso de los trabajos que el Grupo Aragosaurus venimos
realizando en Atapuerca en los últimos 21 años nos damos cuenta de lo
rica y diversa que son las asociaciones de vertebrados durante el
Cuaternario, la gran abundancia de caza mayor y menor que los hombres
que vivieron por los alrededores de la Sierra de Atapuerca tenían a su
alcance, así como la gran riqueza de paisajes, bosques, praderas,
llanuras heladas y roquedales pelados sucediéndose en intervalos de
tiempo, algunos de larga duración, en los que tuvieron que vivir y
adaptarse. Datar los eventos que se fueron sucediendo y evolucionaron en
los alrededores de las cuevas de la vieja Sierra es una de las tareas
que nuestro grupo de Paleontología, viene haciendo en el Proyecto Ata en
las siglas de las campañas de campo.
El Cuaternario, con
mayúscula, es el período que abarca los últimos dos millones con seis de
años (2,6 Ma) de la historia de la tierra. El Cuaternario incluye al
Pleistoceno y al Holoceno. El límite inferior es la base del piso
Gelasiense (ca. 2,6 Ma) definido inicialmente como un piso del Plioceno
superior en la sección del Monte San Nicola, en Sicilia, Italia y que
ahora pasa a ser el primer piso del Cuaternario o Pleistoceno Inferior.
El límite inferior del Gelasiense (y por tanto del Pleistoceno y del
Cuaternario) se corresponde con la entrada de sapropeles en el
Mediterráneo, es decir barros cargados de materia orgánica procedentes
del continente que indican una erosión brutal tierra adentro debida a la
pérdida de cobertera vegetal que es la principal “sujetadora” del
suelo. Además, a tan sólo 1m por debajo, en la sección de San Nicola,
se encuentra un cambio del campo magnético terrestre conocido como el
límite paleomagnético Gauss/Matuyama.
Los yacimientos de
Atapuerca representan una gran parte de este período, desde hace cerca
del millón y medio de años de los niveles inferiores de la Sima del
Elefante, el millón de años de Gran Dolina, y los últimos eventos del
Holoceno, representados en los rellenos de las cuevas de Cueva Mayor, en
su entrada, el Portalón y Mirador. Los fósiles que encontramos en las
secuencias estratigráficas de los rellenos de las cuevas de Atapuerca
nos indican que los animales que habitaban en las cercanías de las
cuevas se fueron sustituyendo en el tiempo, algunos entraron migrando
desde el norte y este, otros entraron en Burgos desde el sur. Algunos
aparecieron por primera y única vez en Atapuerca y la mayoría de ellos
se han extinguido, algunos hace algo más de un millón de años, otros
hace casi medio millón de años y finalmente algunos hace “nada” en
términos geológicos, dos o tres mil años.
Un ejemplo de la
sucesión de Paisajes en Atapuerca lo tenemos en los ricos humedales que
encontramos en la Sima del Elefante, a los que siguen prados húmedos y
finalmente prados secos en Gran Dolina. En los niveles del final del
Pleistoceno (de 40 a 30 mil años) encontramos animales que vinieron del
frío y finalmente en el Holoceno los animales de bosque indican un
tiempo benigno, más húmedo que el presente, hace unos seis mil años.
El
que quiera saber más sobre los otros humanos que poblaron la península
hace más de treinta mil años, qué animales los acompañaban, cómo se
datan y sobre todo, las noticias más recientes sobre los yacimientos de
Atapuerca y otros cuaternarios de la Península Ibérica no tiene más que
pinchar en el enlace: www.atapuerca.com/octubre2012/index.html y seguir allí otros enlaces.
Aquí en Aragosaurus iremos dando cuenta también de nuestros progresos en las faunas del cuaternario español.
En
la foto el cráneo de un castor como los que vivieron en Atapuerca hace
entre un millón y medio millón de años (en los niveles inferiores de
Gran Dolina y Sima del Elefante). Más fotos de cráneos en la Galería de Aragosaurus.
No hay comentarios:
Publicar un comentario