Hace unas semanas falleció el catedrático de Paleontología de la
Universidad de Oviedo Jaime Truyols. Entre los paleontólogos españoles
era bien conocido. Su tema de investigación, los invertebrados del
Paleozoico no le permitió tener la repercusión mediática que tienen los
investigadores de otros grupos. Sin embargo muchos pensamos que es uno
de los padres de la Paleontología moderna en nuestro país. Su hija y
profesora de la Universidad de Oviedo Montse Truyols ha escrito una
reseña en el País Digital que os reproducimos en parte. Sirva esto de homenaje a este gran paleontólogo y mejor persona.
En
los primeros años de la posguerra, pocos destacaban en el gris panorama
de la ciencia española. Jaime Truyols (Sabadell, 1921), maestro de
paleontólogos, fue uno de ellos. Se inició en su especialidad, en medio
de las grandes dificultades propias de la época —a las que se añadían
las de haber nacido en una familia de modestos recursos— bajo la guía de
Miguel Crusafont, la gran figura de la paleontología española del
periodo.
Al concluir sus estudios, interrumpidos por la Guerra
Civil, simultaneó la investigación en el entonces pequeño museo de
Sabadell con la docencia en distintos centros de enseñanza media, pues
en aquellos años solo había dos plazas de paleontólogos en España. Se
entregó a su pasión por la investigación en aquel ambiente hostil para
el desarrollo de las ideas y suspicaz frente a una ciencia cuyo
fundamento era la evolución biológica, cuyos planteamientos no eran muy
acorde con la enseñanza oficial.
Muchos de sus trabajos,
especialmente los dedicados a los vertebrados del Terciario, fueron
profundamente innovadores, aplicando por primera vez en nuestro país
análisis estadísticos a los estudios evolutivos y de los fósiles.
Algunos, a pesar del tiempo transcurrido, siguen siendo un referente
para paleontólogos y zoólogos; destaquemos que varios fueron publicados
en la prestigiosa revista Evolution, lo que le permitió entrar en
contacto con Georges Gaylor Simpson, uno de los padres de la Teoría
Sintética de la Evolución.
A comienzos de los sesenta Crusafont
obtuvo una cátedra de Paleontología en la recién creada Facultad de
Geología de Oviedo y propuso a Truyols que lo acompañase. Allí expuso la
primera tesis doctoral en Paleontología y Geología que se defendió en
la Universidad de Oviedo y, tras la marcha de Crusafont a Barcelona en
1963, ocupó su cátedra.
Su radicación definitiva en Oviedo estuvo
en parte motivada por razones científicas. A mediados de los sesenta,
las explotaciones carboníferas asturianas estaban en pleno desarrollo y
la paleontología era fundamental para la datación de los terrenos y el
desarrollo de las infraestructuras geológicas españolas. Por eso Truyols
optó por formar un equipo de colaboradores que se especializasen en
Paleontología del Paleozoico.
Su equipo de discípulos, al que
formó con la pasión que sentía por la enseñanza, se convirtió con el
tiempo en un grupo de profesionales de prestigio internacional, con
profesores en la mayor parte de las universidades españolas y algunas
extranjeras.
El resto en el País Digital
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