La nueva especie se ha descrito a partir de varios restos fósiles recuperados cerca del pueblo de Sossís, un pequeño municipio del Pallars Jussà (Lleida). El yacimiento se descubrió en la década de los 40 mientras explotaba una mina de lignito y, desde entonces, ha proporcionado numerosos restos de mamíferos, entre los que encontramos roedores, marsupiales, carnívoros primitivos, antepasados de los caballos y hasta cuatro géneros diferentes de primates (Adapis, Microchoerus, Nievesia y Pseudoloris). Los fósiles que han permitido describir la nueva especie provienen de distintas campañas de excavación llevadas a cabo en los años 80 por investigadores del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP), pero también se han analizado piezas recuperadas a mediados del siglo pasado por el equipo del paleontólogo Miquel Crusafont y que estaban distribuidos entre el ICP y el Museo de Historia Natural de Basilea, con quien Crusafont colaboraba habitualmente.
Como ocurre con todos los representantes de su grupo, los restos fósiles de Microchoerus hookeri corresponden fundamentalmente a dientes aislados y fragmentos de mandíbulas. Pocas veces se encuentran otros restos del esqueleto, ya que son mucho más frágiles que los dientes. En el estudio se han analizado hasta 120 fósiles de Microchoerus, lo que supone la mayor muestra de restos de este género en España. Los representantes de este grupo se caracterizan por presentar incisivos superiores e inferiores grandes y caninos relativamente pequeñas. Pero las piezas más características son los molares, que presentan una serie de repliegues de esmalte muy complejos. En el caso de M. hookeri, los dientes presentan algunas características que no se habían descrito en otras especies del mismo género como es la ausencia o la reducción a tamaños muy pequeños de algunas cúspides que aparecen muy bien desarrolladas en otras especies.
A pesar de la ausencia de restos del esqueleto postcraneal, podemos inferir algunos aspectos de la vida de Microchoerus. "A partir de la morfología de los dientes interpretamos que tenía una alimentación básicamente a base de fruta y resina", explica Raef Minwer-Barakat, autor principal del estudio. Algunos cráneos que se han conservado muestran unas órbitas muy grandes que hace pensar a los investigadores que eran animales de hábitos nocturnos. En cuanto a la locomoción, es probable que fuera similar a la de Necrolemur, un género contemporáneo, emparentado estrechamente con Microchoerus y del cual sí se conoce parte del esqueleto. "Si fuese así, se trataría de un animal principalmente arborícola con habilidades para el salto, parecido al comportamiento de los gálagos actuales", comenta Minwer-Barakat. Eran animales relativamente pequeños, de entre 500 y 800 gramos de peso. En futuras campañas se espera encontrar restos del esqueleto postcraneal que contribuyan a mejorar el conocimiento de la especie.
El rico y diverso registro fósil de los yacimientos del Pallars Jussà como el de Sossís o el de Sant Jaume de Frontanyà (Berguedà, Barcelona) de primates del Eoceno (hace entre 34 y 56 millones de años) es representativo de lo que sucedía en toda Europa en esa época. Un incremento global de temperaturas permitió que los primates (principalmente representados por los grupos adapiformes y los omomyiformes) se diversificasen y ocupasen muchas áreas del hemisferio Norte. Este clima casi tropical permitió el crecimiento de densos bosques que resultaron ser un un hábitat ideal para muchas especies de primates arborícolas. A finales del Eoceno, sin embargo, un descenso global de las temperaturas habría hecho desaparecer esta densidad arbórea y muchas especies se extinguieron del continente.
El estudio también ha permitido identificar esta especie en yacimientos alejados del Pirineo. Diferentes restos procedentes del yacimiento de Eclépens B, en Suiza, han sido asignados a M. hookeri. Esto demuestra que la distribución de esta especie se extendía, como mínimo, hasta la Europa central.
Los primates del Eoceno han sido un grupo tradicionalmente poco estudiado en la Península Ibérica, pero son un grupo muy interesante para establecer las relaciones de parentesco con faunas actuales y analizar las características de unos animales que se sitúan en la base del grupo al que pertenecemos los humanos. Los omomyiformes están relacionados con los haplorrinos actuales (el grupo que incluye a los humanos y sus parientes próximos, así como los gibones o los capuchinos de cara blanca, sólo por citar algunos) mientras que los adapiformes están relacionados con los estrepsirrinos, un grupo más primitivo que está representado por los lémures o los gálagos, entre otros.
El nombre específico "hookeri" es un reconocimiento a Jeremy J. Hooker, un investigador del Museo de Historia Natural de Londres que ha hecho importantes contribuciones al conocimiento del género Microchoerus. La investigación ha sido publicada en el Journal of Human Evolution, una revista de referencia en paleontología en cuanto a la evolución de los primates y se ha llevado a cabo gracias a la colaboración de investigadores del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP) y del Museo de Historia Natural de Basilea.
La nota de prensa e imágenes relacionadas están disponibles en este enlace: http://premsa.icp.cat/Public/
Artículo original: Minwer-Barakat, R., Marigó, J., Femenias-Gual, J., Costeur, L., De Esteban-Trivigno, S. & Moyà-Solà, S., Microchoerus hookeri nov. sp., a new late Eocene European microchoerine (Omomyidae, Primates): New insights on the evolution of the genus Microchoerus, Journal of Human Evolution, Volume 102, January 2017, Pages 42-66, ISSN 0047-2484. Doi: 10.1016/j.jhevol.2016.10.004
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