El estudio de las patologías (enfermedades y dolencias) de los animales
del pasado es una ventana abierta para conocer el comportamiento y la
biología de organismos que vivieron hace muchos millones de años.
Estudiando, por ejemplo, las fracturas que se observan en los huesos
fósiles de dinosaurios podemos saber si estas fueron causadas por golpes
fortuitos (a consecuencia de interacciones ambientales) o debidas a
comportamientos intraespecíficos (como luchas en épocas de
apareamiento). En función del estado de curación de dichas fracturas, se
puede inferir si los individuos fueron capaces de sobrevivir a ellas y
cómo les afectaban en su día a día. Lo mismo sucede con el estudio de
otros tipos de patologías debidas a enfermedades o a problemas
metabólicos cuya evidencia queda reflejada en los fósiles.
Con este objetivo en mente se abordó el estudio de los restos fósiles del dinosaurio Othnielosaurus,
concretamente los huesos (falanges) de su pie, ya que presentaban
características que hacían pensar en la presencia de patologías. Othnielosaurus
es un pequeño dinosaurio bípedo que vivió a finales del Jurásico (hace
unos 150 millones de años) en lo que hoy es Norteamérica. De menos de 2
metros de longitud y con una masa corporal estimada en unos 15 kg, Othnielosaurus
tenía hábitos vegetarianos. Los especialistas en dinosaurios lo
clasifican dentro del grupo de los ornitisquios, pudiendo estar
emparentado con los ornitópodos.
La investigación fue realizada
por un equipo multidisciplinar liderado por la Dra. Penélope Cruzado
Caballero y compuesto por integrantes de equipos de tres países:
Argentina (Instituto de Investigación en Paleobiología y Geología del
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y
la Universidad Nacional de Río Negro, UNRN)), España (Grupo Aragosaurus
de la Universidad de Zaragoza y Universidad del País Vasco/Euskal
Herriko Unibertsitatea) y Estados Unidos (Carnegie Museum de Historia
Natural y la Western Interior Paleontological Society).
Entre los principales resultados, se descubrió que Othnielosaurus
presentaba tres tipos de patologías en su pie izquierdo: una forma de
artritis cuyo origen pudo ser metabólico y dos tipos de fracturas
(denominadas fractura de impacto y fractura de pilón), que pudieron ser
debidas a al menos dos accidentes ocurridos a lo largo de la vida de
este individuo. Ambas fracturas fueron probablemente bastante dolorosas y
redujeron en cierto grado la actividad del animal. Se observa que las
fracturas presentan cierto grado de curación, por lo que se puede pensar
que Othnielosaurus sobrevivió con ellas durante un tiempo,
aunque eso implicó dificultades para caminar y posiblemente le provocó
una cojera. Su supervivencia no debió durar mucho tiempo, ya que la
fractura de impacto no está totalmente curada.
El estudio
muestra que la presencia de patologías en los pies de dinosaurios y
otros vertebrados terrestres del pasado pudo condicionar la vida
cotidiana de estos animales. En el caso concreto de Othnielosaurus,
se considera que las patologías observadas en este individuo
dificultaron sus desplazamientos y le limitaron a la hora de obtener
alimentos, lo que pudo debilitarlo y convertirlo en una presa fácil para
los depredadores. La cojera y la malnutrición pudieron ser las causas
últimas que llevaron a este individuo de Othnielosaurus a un desenlace fatal.
La noticia también se puede leer en:
https://www.agenciasinc.es/Noticias/El-dinosaurio-que-cojeaba-hace-150-millones-de-anos
Un video del animal en: https://www.youtube.com/watch?v=qTNXsuE3K34
Reconstrucción de dos ejemplares de Othnielosaurus
en su entorno en lo que hoy es América del Norte. Uno de ellos presenta
una cojera debido a varias patologías que sufría en su pie izquierdo. /
José Antonio Peñas (SINC)
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