martes, enero 24, 2012
El primate que quería volar
En su inmortal libro “El Origen de las Especies Mediante la Selección Natural o la Conservación de las Razas Favorecidas en la Lucha por la Vida”, Darwin dejó probada de manera incuestionable la existencia del fenómeno de la evolución de las especies. Además, también estableció el mecanismo de la selección natural como la principal fuerza motriz de la evolución y la causa directa de las maravillosas adaptaciones que presentan los seres vivos a sus hábitos de vida.
Doce años más tarde, Darwin publicó otra obra de enorme trascendencia dedicada a la evolución del ser humano, algo de lo que apenas había hablado en el “Origen de las Especies”. Se trata de su libro “El Origen del Hombre, y la Selección en relación al Sexo”, en el que Darwin intentó dar respuesta a la pregunta de cómo una criatura tan aparentemente desvalida como el ser humano había conseguido la primacía en la Naturaleza. En opinión de Darwin, fueron las facultades mentales superiores y las extraordinarias capacidades sociales de las personas las que habían obrado el aparente milagro. En “El Origen del Hombre” Darwin propuso una hipótesis que relacionaba ordenadamente aspectos tales como la bipedastación, la reducción de los caninos, la fabricación de armas, la cooperación o el “sentimiento de simpatía”, para explicar la gradual aparición de tales capacidades y facultades.
Empleando de las ideas de Darwin como un programa de investigación, Ignacio Martínez, pasa revista a los principales hitos de la evolución humana en su libro “El primate que quería volar”, incluyendo los últimos descubrimientos en los campos de la Paleontología la Arqueología y la Genética. El libro arranca en el momento en que los naturalistas ilustrados del siglo XVIII comenzaban a ordenar la materia viva y tras hacer un rápido recorrido por la diversidad del Reino animal para situar en él a las personas, nos introduce en el pensamiento de dos grandes biólogos evolucionistas: el propio Darwin y su paladín Thomas Henry Huxley. En los siguientes capítulos se pasa revista al estado actual del conocimiento sobre las grandes etapas de la evolución humana, desde los primeros testimonios fósiles de nuestro origen africano, hace alrededor de 7 millones de años, hasta las últimas especies humanas descubiertas recientemente, como son el intrigante “Hombre de Flores” y los enigmáticos Denisovanos.
Los descubrimientos e investigaciones realizados desde hace más de tres décadas en la Sierra de Atapuerca ocupan un lugar destacado en “El primate que quería volar”, detallándose la importancia de tales investigaciones para el conocimiento de los seres humanos, de sus actividades y de los ecosistemas en los que vivieron desde su arribada al continente europeo hace alrededor de un millón y medio de años.
Quizá, uno de los aspectos más relevantes del libro sea la especial atención que presta a las circunstancias históricas de los principales descubrimientos, así como la trayectoria profesional y personal de las personas que los protagonizaron. A través de sus líneas, se transluce la deferencia que Martínez siente por los científicos que dedicaron su vida al conocimiento de la Prehistoria. Y entre todos ellos, destaca su gran respeto y admiración por sus compañeras y compañeros del Equipo de Atapuerca.
Para adquirir el libro en PlanetadeLibros.Com, en rústica (19.99 Euros) y en formato electrónico (13.99 Euros). Más información en pdf en Aragosaurus.
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