miércoles, octubre 22, 2014

Un helecho singular que convivía con los dinosaurios ibéricos



 El Cretácico Inferior fue una época en la que proliferaron los dinosaurios por tierras aragonesas, hecho que queda atestiguado `por los abundantes y variados restos de dinosaurios y de otros vertebrados encontrados en numerosas localidades de la provincia de Teruel (Galve, Ariño, Josa, Riodeva, Ladruñán o Aliaga, entre otros). Pero además, esta zona es muy rica también en fósiles de plantas de la misma época, que se desarrollaban en los ambientes habitados por estos animales. Una gran variedad de gimnospermas, angiospermas y helechos ocupaban las riberas de los ríos y pantanos que se extendían por esta zona de Aragón hace unos 110 millones de años, ocupada por entonces por un amplio delta en la orilla occidental del antiguo océano Tetis. Entre estas plantas cabe destacar una muy especial: su nombre científico es Weichselia reticulata, y es una de las especies de plantas mesozoicas con más amplia distribución espacial y temporal que se conocen, ya que sus restos fósiles han aparecido en numerosos lugares de casi todos los continentes (salvo Australia y la Antártida, por el momento) en depósitos que van desde el Jurásico Medio al Cretácico Superior.


Weichselia reticulata era un helecho arborescente perteneciente a la Familia Matoniaceae que podía llegar a medir hasta 2,5 m de altura y que presentaba sus hojas dispuestas radialmente, a modo de un “paraguas” abierto, formando una especie de corona en su parte superior. Además, esta especie poseía unas características que la convierten en única entre los helechos, como el desarrollo de un largo tallo principal (o stipe) con raíces aéreas de sostén y la diferenciación entre los frondes vegetativos y los fértiles. En estos últimos, las estructuras reproductoras (esporangios encerrados en soros) se disponían en agrupaciones globulares protegidas por estructuras coriáceas (indusios), dando al conjunto una forma similar a la de diminutos “balones de fútbol” de unos pocos milímetros de diámetro.

Hasta ahora, se conocían abundantes datos relacionados con la estructura de las partes vegetativas de este helecho, ya que éstas abundan en el registro fósil. Sin embargo, sus restos fértiles eran muy escasos, con sólo unos pocos restos fragmentarios y de pequeño tamaño procedentes de depósitos del Cretácico Inferior de Bélgica, Alemania, Israel y también de España, en la provincia de Teruel (Diez et al., 2005).




Recientemente, en la revista Historical Biology, se ha publicado online un artículo en el que se estudia un resto fósil extraordinario de este helecho, en cuanto a sus dimensiones y a su conservación. Dicho trabajo fue llevado a cabo por un equipo de investigadores del Museo Paleontológico Egidio Feruglio en Trelew (Patagonia Argentina), Universidad Nacional Autónoma de México, Universidad y Museo de Historia Natural de París, Universidad de Vigo y Universidad de Zaragoza, que estudiaron un ejemplar consistente en un fronde fértil casi completo de este helecho, formado por 13 pinnas fértiles en conexión con su placa central.

Este fósil, único en el mundo en su categoría, fue encontrado hace varias décadas por José María Abad y Mª Carmen Buendía (ambos miembros de la SAMPUZ), aunque no ha sido hasta fechas muy recientes que ha podido ser restaurado y estudiado en profundidad. El ejemplar fue rescatado de una escombrera de una mina de carbón cercana a la localidad de Escucha (Teruel), en depósitos de la Formación Escucha, y depositado en el Museo Paleontológico de la Universidad de Zaragoza. El espécimen en cuestión muestra, por primera vez, la estructura completa del fronde fértil tripinnado de esta especie, y las características del mismo indicarían que se encontraría separado del fronde vegetativo en la misma planta. Esta separación de frondes no se conocía hasta ahora en los helechos de esta familia, de modo que supone una innovación y quizás una ventaja adaptativa en helechos arborescentes, que en el caso de Weichselia reticulata estaban adaptados a soportar condiciones de cierto estrés ambiental. Gracias a estos nuevos datos se ha podido establecer una nueva reconstrucción de esta planta, que supone toda una revolución en cuanto a la caracterización de la estructura morfológica de este tipo de helechos, y que seguro dará mucho que hablar en los próximos años.







El ejemplar estudiado se podrá contemplar como parte de los fondos expuestos en el Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de Zaragoza, que esperamos abrirá sus puertas en fechas muy próximas. La reconstrucción artística es de Manuel García Ávila

La referencia completa de este trabajo es: Sender, L.M., Villanueva-Amadoz, U., Pons, D., Diez, J.B., García-Ávila, M., Ferrer, J. (2014). New reconstruction of Weichselia reticulata (Stokes et Webb) Fontaine in Ward emend. Alvin, 1971 based on fertile remains from the middle Albian of Spain. Historical Biology. http://dx.doi.org/10.1080/08912963.2014.953140


Referencias y enlaces de interés
Diez, J.B., Sender, L.M., Villanueva-Amadoz, U., Ferrer, J., Rubio, C. (2005). New data regarding Weichselia reticulata: soral clusters and the spore developmental process. Review of Palaeobotany and Palynology, 135, 99-107.

Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de Zaragoza - Museo Paleontológico de la Universidad de Zaragoza.
https://www.facebook.com/museopaleounizar

Patrimonio Cultural Universidad de Zaragoza. Weichselia reticulata. http://patrimoniocultural.unizar.es/node/2831

1 comentario:

Omar Rafael Regalado Fernández dijo...

Me encantan las plantas mesozoicas. Y más grato es saber que mi universidad ha participado en el estudio de esta flora.