En un post anterior os informabamos de la publicación de un libro sobre el primate Darwinius. Entonces no lo habíamos leído, pero ahora si lo hemos hecho, y lo prometido es deuda. Os adjuntamos una reseña. El último “eslabón” encontrado de la larga cadena de la evolución humana es un maravilloso fósil de un primate de hace unos 47 millones de años, que conserva la totalidad del esqueleto, incluyendo la impresión de su piel y parte del contenido estomacal, al que su descubridor ha bautizado como Ida.
En su libro, El eslabón, el divulgador científico Colin Tudge y el periodista Josh Young explican las circunstancias del hallazgo y la importancia científica de Ida. Cada uno de los autores se ha encargado de una parte, lo que explica la existencia de alguna repetición a lo largo del texto. Josh Young abre el libro narrando las circunstancias del descubrimiento de Ida. A diferencia de lo ocurrido en el caso de otros iconos de la evolución humana, como la celebérrima Lucy, Ida no apareció en un paraje remoto y exótico del planeta, ni fue excavada por ningún equipo de esforzados paleontólogos profesionales. Aunque los detalles no se conocen con exactitud, el fósil fue encontrado por un buscador clandestino de fósiles en la conocida Fosa de Messel, en las inmediaciones del pueblo del mismo nombre del estado federado alemán de Hesse. Después de tener el fósil en su poder durante años, un coleccionista privado decidió ponerlo a la venta al astronómico precio de un millón de dólares.
El resto en Aragosaurus
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