Un estudio sobre cáscaras de huevo utilizando novedosas técnicas de
microscopía electrónica, liderado por el aragosaurero Miguel
Moreno-Azanza, ha permitido desentrañar los mecanismos de formación de
la cáscara de huevo de los dinosaurios e identificar la existencia de
diferentes estrategias de incubación en diferentes dinosaurios. El
trabajo aparece esta semana publicado en la prestigiosa revista Journal
of Vertebrate Paleontology.
El estudio, parte de la tesis
doctoral de miguel Moreno, y llevado a cabo en colaboración entre las
universidades de Liverpool y Zaragoza, se ha realizado mediante el uso
de técnicas de microscopía que, si bien son comunes en otros campos de
la ciencia, como la ciencia de materiales, sólo recientemente se han
aplicado al estudio de materiales fósiles. Estás técnicas, las Imágenes
de Contraste de Orientaciones y la Difracción de Electrones
Retrodispersados, permiten caracterizar la disposición espacial de los
cristales de calcita que conforman la cáscara de huevo. Analizando las
relaciones entre estos cristales, los investigadores han reconstruido
los procesos que condujeron a la formación dela cáscara. Los especímenes
elegidos, una cáscara de Prismatoolithidae, una oofamalia relacionada
con los terópodos, y un fragmento de cáscara de huevo de hadrosaurio
(cf. Maiasaura) se seleccionaron por tratarse de dos grupos muy separados dentro de los dinosaurios.
De
este modo se ha visto que los dinosaurios terópodos, incluyendo las
aves actuales y los dinosaurios terópodos que habitaron el Cretácico
Inferior turolense, generan unas cáscaras de huevo extremadamente duras,
que permiten que los individuos adultos se sienten sobre los huevos
para incubarlos, pero que para ser rotas por los bebes requieren
normalmente que estos estén bien desarrollados en el momento del
nacimiento. Sin embargo, los dinosaurios hadrosaurios utilizan por un
control biológico más estricto de la formación de la cáscara que
introduce defectos en su estructura y permite que los huevos sean más
frágiles. Esto puede parecer a simple vista una desventaja, ya que
impide que los adultos se sienten sobre los huevos para incubarlos y
protegerlos, pero también permite el nacimiento de individuos más
inmaduros que completarán su desarrollo dentro del nido, como se ha
observado en los famosos ejemplares de Maiasaura de Montana.
La referencia completa del trabajo es:
Moreno-Azanza,
M., Mariani, E., Bauluz, B., Canudo, J.I. (en prensa). Growth
mechanisms in dinosaur eggshells: an insight from electron backscatter
diffraction. Journal of Vertebrate Paleontology, 33(1): 121-130
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