Nuestro aragosaurero Juan Rofes, investigador de la Universidad del
País Vasco (UPV-EHU) ha liderado un estudio publicado en la prestigiosa
revista “Quaternary International”. Se trata de la reconstrucción
paleoambiental de la cueva de Santimamiñe (Kortezubi, Bizkaia, España),
uno de los yacimientos más famosos de la prehistoria vasca y de la
cornisa cantábrica en general.
Entre 2004 y 2006, una cata de
prueba reveló una secuencia estratigráfica en el vestíbulo interno de la
cueva de Santimamiñe que cubría alrededor de 20.000 años, desde el
Pleistoceno Tardío final (MIS 2) hasta el Holoceno Medio (MIS 1). La
secuencia comprende seis unidades crono-culturales: Magdaleniense
inferior, medio y superior, Aziliense, Neolítico y Calcolítico/Edad del
Bronce, además de siete niveles puramente paleontológicos. Más de 47.000
restos de microvertebrados (incluyendo mamíferos, pájaros, reptiles,
anfibios y peces) fueron recuperados, de los cuales 1587 fueron
identificados a nivel de género
y/o especie. De estos, los pequeños
mamíferos se han usado para la reconstrucción paleoambiental puesto que
son muy sensibles a las condiciones climáticas y su distribución a lo
largo del tiempo, medida en términos de abundancia relativa, sirve como
indicio fiable de los cambios de clima y hábitat.
La
reconstrucción de los ambientes y paisajes pretéritos de Santimamiñe,
basada en los pequeños mamíferos, coincide aproximadamente con otros
indicios, como son el registro de anfibios y reptiles, los grandes
mamíferos y pájaros, el polen y los eventos crioclásticos, a escala
local; otras reconstrucciones paleoambientales del norte de la Península
Ibérica, a escala regional; y la curva de isótopos de oxígeno de un
sondeo de hielo de Groenlandia central, a escala global. Todos los
niveles Magdalenienses de Santimamiñe se depositaron durante el episodio
climático conocido como Oldest Dryas, un período mayormente húmedo y
frío que incluye el Evento Heinrich 1.
La evidencia aportada por
los pequeños mamíferos fósiles, por la palinología y por los eventos
crioclásticos probablemente documenta la transición del período frío
conocido como Younger Dryas al comienzo del Óptimo Climático del
Holoceno durante época Aziliense. El nivel superior de la secuencia,
depositado durante una reapertura moderada del paisaje durante el
período Subboreal, viene poco después del Evento Holocénico de
Enfriamiento 3.
La referencia completa del artículo es: Rofes,
J.; Murelaga, X.; Martínez-García, B.; Bailon, S.; López-Quintana,
J.C.; Guenaga-Lizasu, A.; Ortega, L.A.; Zuluaga, M.C.; Alonso-Olazabal,
A.; Castaños, J.; Castaños, P. The long paleoenvironmental sequence of
Santimamiñe (Bizkaia, Spain): 20,000 years of small mammal record from
the latest Late Pleistocene to the middle Holocene. Quaternary
International (2013), http://dx.doi.org/10.1016/j.quaint.2013.05.048
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