Adrián Pablos nos deleitó con una magnífica presentación de su tesis
sobre los fósiles del pie humano, el pasado 9 de julio, en la
Universidad de Alcalá de Henares.
Como una de las vocales
de su tribunal (compuesto por José María Bermúdez de Castro, Angeles
Sanchez, Eugenia Cunha, José Miguel Carretero y la que esto escribe,
Gloria Cuenca) quisiera hacer una pequeña nota sobre esta tesis, inusual
en los anales de evolución humana, destacando la importancia del
estudio de estos elementos anatómicos realmente escasos en el registro
fósil, aunque llenos de significado sistemático y paleobiológico y por
tanto también evolutivo.
El título, ESTUDIO PALEOBIOLÓGICO Y
MORFOLÓGICO DE LOS HUESOS DE PIE EN LA EVOLUCIÓN HUMANA, CON ESPECIAL
REFERENCIA A LOS FÓSILES DE LA SIERRA DE ATAPUERCA (BURGOS, ESPAÑA)
Nos da una buena idea del contenido del trabajo.
Y además me gustaría resaltar aspectos que como paleontóloga de vertebrados me llamaron la atención.
Primero
destacar la excelente labor de excavación del equipo de la Sima de los
Huesos, que durante casi 30 años ha excavado, hueso a hueso, cerca de 20
esqueletos humanos del Pleistoceno medio, casi completos. Huesos tan
diminutos como los de los dedos de los pies han sido extraídos con el
mismo mimo que los muy famosos cráneos de Miguelón o Benjamina.
Nuestros ancestros, los hombres y mujeres de la Sima de los Huesos no
han perdido ni un hueso en su viajes tafonómico hasta nosotros. Podemos
hacernos una buena idea por la fotografía de los huesos fósiles del pie
que os mostramos aquí y que es la portada de la tesis de Adrian Pablos.
Segundo
destacar el exhaustivo estudio de Adrian, de los elementos anatómicos
menos estudiados por su escasez, mala conservación en general y
complejidad. El capítulo de anatomía de los elementos del pie es una
gozada que nos resultará muy útil a los aragosaurer@s y alumnos a la
hora de estudiar otros pies de otros vertebrados.
Tercero, uno de los resultados del estudio ha sido la estimación de la estatura corporal de las especies fósiles de Homo antecessor,
del yacimiento de la Gran Dolina 6 (TD6), y de la Sima de los Huesos,
dato tremendamente importante como todos sabemos en la biología y
ecología de los vertebrados en general (por ejemplo, en medicina
forense, la estatura ayuda a identificar a la persona a la que
pertenecieron los restos humanos). Para hacerlo, Pablos combina dos
segmentos diferentes del pie (el tarso (astrágalo, calcáneo) y el
metatarso), y utiliza una metodología estadística robusta, novedosa en
este campo, que minimiza el efecto de los individuos anómalos. La
estatura mínima de TD6 sería de 1,73 para los hombres y 1,67 para las
mujeres Homo antecessor (no eran bajitos). También los hombres
de la Sima de los Huesos alcanzarían el 1,73 de estatura, pero las
mujeres serían algo más bajas, 1,63.
Cuarto, otro de los
resultados importantes de este estudio es la confirmación de la
singularidad de la población de la Sima de los Huesos. Las
características métricas y morfológicas de los astrágalos de SH permiten
diferenciarlos de los de otras poblaciones del Pleistoceno medio y
superior. Lo que, unido a lo que se ha ido estudiando del cráneo,
dientes, huesos largos, pelvis indica que podría ser algo distinto. Con
una sonrisa en los labios, la antropóloga portuguesa Eugenia Cunha
comentó cuando le tocó su turno de preguntas ¡he oído hablar de la
población de la Sima de los Huesos, pero ninguna especie! ¿Por qué? ¿Es
un error? ¿Es a propósito?...
Que los lectores saquen sus propias
conclusiones, yo solo puedo decir que una sonrisa se dibujó en los
labios de los directores y demás miembros del equipo de Atapuerca que
asistieron a la lectura de tesis de Adrian Pablos.
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