Los equinodermos (estrellas y erizos de mar actuales) tienen sus
primeros representantes fósiles en el Cámbrico hace aproximadamente 520
millones de años. Las hipótesis más recientes muestran que los miembros
más primitivos son formas asimétricas o bilaterales y que la simetría
radial, característica de todas las formas actuales, se adquirió
posteriormente. Incluso esa simetría radial evolucionó en dos fases ya
que existen equinodermos radiales con solo tres ambulacros dispuestos en
forma helicoidal que preceden a las primeras formas pentarradiales.
Estos equinodermos trirradiales y espirales son conocidos como
helicoplacoideos, y son formas endémicas de Norte América cuya
interpretación ha sido muy discutida y que hasta ahora era difícil de
explicar a partir de otros fósiles.
Un nuevo estudio publicado
por Andrew Smith (Natural History Museum, London) y Samuel Zamora
(Smithsonian Institution, Washington DC) en la revista Proceedings of
the Royal Society B y que debido a su relevancia va a ser reseñado en
el próximo número de la revista NATURE, presenta unos equinodermos
espirales encontrados en el Cambrico de Marruecos que muestran como se
originó la simetría radial en los equinodermos.
Los fósiles
fueron encontrados gracias a un proyecto financiado por National
Geographic en el Anti-Atlas de Marruecos en el que los investigadores
del estudio invirtieron varias semanas de campo excavando en las rocas
cámbricas en busca de fósiles. Esta región es mundialmente conocida
debido a la abundancia de trilobites pero los equinodermos habían pasado
desapercibidos hasta la fecha. Cerca del pueblo de Alnif, unos
afloramientos de roca pizarrosa revelaron fósiles de equinodermos
totalmente desconocidos para la comunidad científica hasta la fecha.
Tras varios meses de preparación en el laboratorio han mostrado unas
características anatómicas únicas y resuelven una pieza importante del
puzle evolutivo de los equinodermos. Se tratan de formas radiales
pentámeras con la boca en la parte superior y los ambulacros dispuestos
de manera helicoidal. Además presentan una parte basal de placas más
grandes o teca y un pedúnculo para fijarse al sustrato. Helicocystis moroccoensis,
nombre que ha recibido el nuevo fósil, podía expandirse y contraerse
como un acordeón cambiando el volumen del cuerpo y así lograr un
intercambio gaseoso más eficiente. Esta forma helicoidal aparece sólo en
formas como los equinodermos Helicoplacoideos, pero al contrario de
estos, los nuevos fósiles tienen cinco ambulacros y la boca en la parte
superior. La presencia de una teca bien definida y de un pedúnculo son
características típicas de formas como los crinoideos.
Helicocystis
muestra que los primeros equinodermos pentarradiados eran formas
espirales con la boca en la parte superior y que vivían fijas al
sustrato. A partir de aquí los equinodermos evolucionaron en dos grandes
linajes bien diferenciados y que dominaron el Paleozoico llegando hasta
nuestros día. Un linaje adoptó un modo de vida libre con el tiempo y
está representado actualmente por las estrellas de mar y los erizos de
mar (llamados Eleutherozoos). El otro está compuesto por formas fijas y
con un penacho de brazos filtradores en su parte superior que con el
tiempo dio lugar a los crinoideos actuales (conocidos como Pelmatozoos).
Helicocystis con sus características intermedias entre ambos
grupos muestra como el mayor o menor desarrollo de sus diferentes partes
anatómicas permitió la aparición de Eleutherozoa y Pelmatozoa. Además
se añade a una larga lista de equinodermos aberrantes cámbricos que
muestran como en este periodo existía una gran plasticidad morfológica.
Referencia: Smith,
A. B. & Zamora, S. 2013. Cambrian spiral-plated echinoderms from
Gondwana reveal the earliest pentaradial body plan. Proceedings of the
Royal Society B.
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